La última crónica de Ismael desde la IV Conferencia Global por el Derecho al Retorno a Palestina. La heroica historia del Dr. Mohamed Tahir.
Por Ismael Jalil/
Finalizó la IV Conferencia de la Campaña por el Derecho al Retorno del Pueblo Palestino. El acto de cierre se hizo en la pujante Universidad de Karbala, en la que también se abrió.
Al sol abrasador lo evité con mi kufiya y ropa clara. Una distracción de esas que me caracterizan me hizo tropezar con un hombre jóven aunque alto como una montaña. Después de las disculpas del caso en lengua árabe del barrio de Floresta ingresé al recinto.
Al iniciarse el acto de cierre, el hombre, el mismo del tropiezo, es llamado desde el escenario. Gesto curtido. Camina firme y decidido. Austero De traje gris y corbata negra. Sube la escalinata y dispone sus papeles en el atril. Conozco a ese hombre digo. Aunque no se de dónde pero lo conozco.
A un costado, la pantalla lo muestra en Gaza con su ambo azul de médico de campaña. Ahí no tuve dudas, era uno de los héroes de los principios de la masacre. Atendía a los heridos en algunos (¿acaso todos?) los 36 hospitales y centros asistenciales que el sionismo destruyó. Los videos de IG dije. Los que la prensa canalla ocultaba.
Las imágenes crecen en dramatismo. Se le reconoce a ese hombre escalando sobre la barbarie. Mientras, en su discurso en vivo la voz se le quiebra en el preciso momento en que se lo puede ver en el quirófano sosteniendo la mano de una chiquita ensangrentada.
1151 son los trabajadores de la salud asesinados por el ente ocupante y genocida. Este hombre, que además porta el emblemático nombre de Dr. Mohamed se vuelve a quebrar cuando los recuerda. La pantalla entonces muestra la escena de la despedida después de 7 meses. Sus colegas le regalan una kufiya y lo abrazan y besan como otra de las hermosas costumbres árabes que revelan el afecto y el respeto.
Pero esa imagen lo transforma. Parece encenderse ese hombre. Y exige y pregunta si es posible que retorne a Gaza. Y se contesta: «además de Dios depende de nosotros». Y su voz crece ahora más que las imágenes dantescas que veíamos en simultáneo.
Y su energía se contagia a todos. Hasta que muestra aquella kufiya y la agita y todos gritamos ¡Palestina Libre del Río al Mar!
Me doy vuelta y veo a Vanina Biasi, del trotskismo argentino, llorando junto a Engracia Rivera, la diputada española de Izquierda Unida, y a un sheik Sunnita aplaudiendo junto a un religioso africano y a un indonés gritando ¡Free Palestine! y a un brasilero agitando la bandera del MST… y me doy vuelta nuevamente para volver a ver a la dignidad dejando el escenario.
El hombre VOLVIA ataviado con su ambo azul.
Me tomé varios días para responder a la pregunta de muchos: «¿qué vas a hacer ahí?» A Volver les digo.
A Volver con el Dr Mohamed.
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Estación Finlandia 