«Ucrania zona de guerra», por Michel Roberts

Suenan tambores de guerra en una Ucrania que no ha vuelto aun a las cifras productivas ni a los niveles de vida de la época en que integraba la URSS. ¿Cuál será el impacto de esta crisis bélica en la empobrecida economía del país, sometida a las recetas del FMI, y el nivel de vida de sus habitantes, ya sea que se evite o no la guerra?

Por Michael Roberts, The Next Recession/

Durante la intensa crisis económica que experimentó Ucrania en 2013-14 que culminó con el colapso del gobierno en ejercicio, el levantamiento del Maidán y, finalmente, la anexión rusa de Crimea y las provincias orientales predominantemente de habla rusa, la situación del pueblo era terrible. Mejoró un poco un tiempo después, pero el crecimiento económico sigue siendo relativamente bajo y los niveles de vida, en el mejor de los casos, se han estancado. Los salarios reales promedio no han aumentado en 12 años y colapsaron severamente después de la crisis de 2014.

Fuente: serie EWPT 7.0 (Salarios reales promedio en miles de grivnas. 1 dólar= 28,6 grivnas)

Ucrania fue la más afectada por el colapso de la Unión Soviética y la «terapia de shock» de la restauración capitalista en Europa del Este y la propia Rusia. Todos los antiguos satélites soviéticos tardaron mucho en recuperar el PIB per cápita y los niveles de renta, pero en el caso de Ucrania nunca se ha vuelto al nivel de 1990. El desempeño de Ucrania entre 1990 y 2017 no solo fue peor que el de sus vecinos europeos. Fue el quinto peor en todo el mundo. Entre 1990 y 2017 hubo solo 18 países con crecimiento acumulado negativo e incluso en ese selecto grupo, el desempeño de Ucrania lo ubica en el tercio inferior junto con la República Democrática del Congo, Burundí y Yemen.

En la crisis monetaria y de la deuda de 2014, Ucrania se salvó del colapso total por tres cosas. Primero, dejó de pagar su deuda con Rusia, que Rusia no ha podido recuperar hasta ahora. En segundo lugar, los gobiernos posteriores al Maidán recibieron una serie de rescates del FMI cuyo precio fue un severo programa de austeridad en los servicios públicos y apoyo al bienestar. Y tercero, Ucrania le debe a Rusia U$S 3 mil millones, o más del 10 % de sus reservas de divisas, y si paga, duplicaría con creces el déficit de financiación externa. Ese vacío se está llenando actualmente con fondos del FMI, mientras que Ucrania ‘negocia’ con Rusia una ‘reestructuración de la deuda’, supuestamente mediada por Alemania. Ucrania, al romper con la influencia rusa a partir de 2014, eligió o se vio obligada a confiar en el crédito de ‘Occidente’ y el FMI para respaldar su moneda y esperar alguna mejora económica. 

Las recetas del FMI continúan. El último es un acuerdo para extender préstamos hasta 2022 por valor de U$S 700 millones de un ‘acuerdo stand by’ por un total de U$S 5 mil millones. Por este dinero, Ucrania «debe mantener su deuda ‘sostenible’, salvaguardar la independencia del banco central, reducir la inflación y combatir la corrupción». Por lo que se deben aplicar medidas de austeridad, el banco central debe actuar en interés de los deudores extranjeros y no permitir que la moneda se devalúe demasiado, mantener altas las tasas de interés sin la interferencia del gobierno, y controlar la corrupción desenfrenada de los oligarcas ucranianos. (Véase el informe de noviembre de 2021 del acuerdo de derechos de giro del FMI) .

Los gobiernos en los últimos diez años han aplicado medidas de austeridad. El paquete actual del FMI requiere un aumento de impuestos equivalente al 0,5% del PIB anual, mayores descuentos jubilatorios y aumentos en las tarifas de energía. Todas estas medidas conducirán a una nueva caída del gasto social, del 20 % del PIB en el momento de la crisis de 2014 a sólo el 13 % este año.

Gasto social como porcentaje del PBI, Fuente: FMI.

Al mismo tiempo, el gobierno debe resistir cualquier aumento de salarios en el sector público para compensar las tasas de inflación de casi dos dígitos.

Gasto en salarios públicos como porcentaje del PBI. Fuente: FMI.

Sobre todo, el FMI insiste, con el apoyo del último gobierno posterior al Maidán, en llevar a cabo una privatización sustancial de los bancos y empresas estatales en interés de la ‘eficiencia’ y para controlar la ‘corrupción’. Las autoridades siguen comprometidas con la reducción del tamaño del sector de las empresas públicasLa adopción de una política general de privatización de la propiedad estatal sería un paso clave. En última instancia, la corporativización y la mejora concomitante en el desempeño de las empresas estatales no estratégicas deberían conducir a su privatización exitosa. También se están realizando preparativos para ejecutar la estrategia de las autoridades para reducir la propiedad estatal en el sector bancario que prevé una reducción de la propiedad estatal a menos del 25 % de los activos netos del sector bancario para 2025”.

Lo más significativo ha sido el movimiento para privatizar la propiedad de la tierra. Ucrania alberga una cuarta parte del suelo fértil de la “tierra negra” (chernozem) del planeta. Ya es el mayor productor mundial de aceite de girasol y el cuarto productor de maíz. Junto con la soja, los girasoles y el maíz se encuentran entre los principales cultivos del Cinturón de los Girasoles, que se extiende desde Kharkiv en el este hasta la región de Ternopil en el oeste.

Pero la productividad agrícola es baja. En 2014, el valor agregado agrícola por hectárea fue de U$S 413 en Ucrania en comparación con U$S 1142 en Polonia, U$S 1507 en Alemania y U$S 2444 en Francia. La tierra está altamente polarizada entre una pequeña cantidad de mano de obra en grandes fincas comerciales mecanizadas y la masa de campesinos que cultivan pequeñas parcelas. Alrededor del 30 % de la población todavía vive en áreas rurales y la agricultura da empleo a más del 14 % de la mano de obra. Una de las grandes demandas de los asesores occidentales a Ucrania en los últimos años es que debería ‘liberalizar’ el mercado de la tierra para que se pueda desencadenar ‘una próspera dinámica de crecimiento’. El FMI calcula que tal liberalización agregaría 0,6- 1.2% al crecimiento anual del PIB, dependiendo de si el gobierno permitiera la propiedad de tierras a ucranianos, o si permitiera la propiedad a extranjeros. 

El gobierno se resiste a permitir que los extranjeros compren tierras. Pero en 2024, las personas jurídicas ucranianas calificarán para transacciones que involucren hasta 10 mil hectáreas y aplicarán a un área agrícola de 42,7 millones de hectáreas. ¡Eso equivale a toda la superficie del estado de California, o a toda Italia! El Banco Mundial está babeando por esta apertura de la industria clave de Ucrania a las empresas capitalistas: «Este es, sin exagerar, un evento histórico, hecho posible gracias al liderazgo del presidente de Ucrania, la voluntad del parlamento y el arduo trabajo del gobierno.”  Por lo tanto, Ucrania planea abrir su economía aún más al capital, particularmente al capital extranjero, con la esperanza de que esto genere un crecimiento y una prosperidad más rápidos. 

Pero esto es solo esperanza. Se pronostica con optimismo que el crecimiento económico anual aumentará a una tasa del 4 % cada año, mientras que la inflación se mantendrá entre el 8 y el 10 % anual. El desempleo sigue siendo obstinadamente alto (10 %), mientras que la inversión empresarial cae por un precipicio (hasta un -40 %). Eso no es un buen augurio para un auge capitalista. La inversión de capital es baja porque la rentabilidad del capital es muy baja.

Tasa bruta de ganancia sobre el capital. Serie EWPT 7.0

Tal vez las riquezas que se obtendrán con la privatización de los activos y la tierra del Estado generarán ganancias para algunos capitalistas, probablemente en su mayoría inversionistas extranjeros. Pero la mayoría de las ganancias probablemente desaparecerán si la corrupción se mantenga. El FMI admite que si no se reduce la corrupción, no habrá recuperación y Ucrania no alcanzará al resto de sus vecinos de Occidente.

Proycciones de crecimiento del PBI sgún distintos niveles de corrupción.

Oficialmente, el coeficiente de Gini de Ucrania para la desigualdad de ingresos es el más bajo de Europa. Eso se debe en parte a que Ucrania es muy pobre: ​​prácticamente no hay clase media y los muy ricos ocultan sus ingresos y su riqueza, pagando poco o nada de impuestos. La ‘economía informal’ es muy grande, por lo que el 10 % superior tiene una riqueza e ingresos 40 veces mayores que los ucranianos más pobres. El Informe mundial actual sobre la felicidad coloca a Ucrania en el puesto 111 de 150 países, por debajo de muchos países del África subsahariana.

Y el conflicto con Rusia ha tenido un costo enorme.  Según el Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales (CEDR), la pérdida de PIB ha sido de U$S 280 mil millones de 2014 a 2020, o U$S 40 mil millones anuales. La anexión rusa de Crimea ha resultado en pérdidas de hasta U$S 8.300 millones anuales para Ucrania, mientras que el conflicto en curso en Donbass le está costando a la economía ucraniana hasta U$S 14.600 millones al año. Las pérdidas totales de estas dos ocupaciones por sí solas, desde 2014, ascienden a U$S 102 mil millones. CEDR dice que el conflicto tuvo un impacto significativo en la economía ucraniana, incluso al reducir la confianza de los inversores en el país. Esto, a su vez, condujo a una pérdida de U$S 72 mil millones, U$S 10,3 mil millones anuales. La disminución constante de las exportaciones resultó en pérdidas totales para Ucrania de hasta U$S 162 mil millones entre 2014 y 2020. La pérdida total de activos fijos para Ucrania en Crimea y Donbass por la destrucción o daño de activos asciende a U$S 117 mil millones.

Después de la caída de la Unión Soviética, y después de obtener su independencia oficial en 1994, el pueblo de Ucrania fue devastado por oligarcas que han exprimido los bienes y recursos del país y también por gobiernos que alternan su apoyo entre la Rusia de Putin y la UE. Después del levantamiento de Maidán contra el gobierno prorruso, los ultranacionalistas en Ucrania han dominado la política del gobierno. Están exigiendo que Ucrania se una a la UE y sobre todo se una a la OTAN para recuperar los territorios anexados por Rusia. 

La cruel ironía es que Alemania no tiene intención de permitir que una Ucrania volátil y muy pobre se una a la UE: demasiados problemas y costos; mientras que incluso EE. UU. probablemente se resistirá a su membresía en la OTAN. A su vez, Rusia no tiene intención de devolver las áreas de habla rusa al control de Kiev y, en cambio, exige una autonomía permanente para las regiones prorrusas y un acuerdo de que Ucrania nunca se unirá a la OTAN. 

Los llamados Acuerdos de Minsk de 2014- 15, firmados por las principales potencias y por un gobierno anterior de Ucrania, no pueden conciliar esta división. Así que los nacionalistas de Kiev, alentados por EE.UU., continúan presionando, y los rusos continúan preparándose para una posible invasión para forzar la dividisión del país de forma permanente. 

Ucrania está atrapada entre los intereses del imperialismo occidental y el ‘capitalismo de amigos’ ruso.

thenextrecession.wordpress.com

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