Berni y el gobierno de Kicillof finalmente impulsaron la acción penal contra los choferes. Berni mandó en represalia a su joyita, la UTOI, a detenerlos.
Por Redacción/
Berni mintió cuando dijo que no iría contra los choferes: finalmente se comunicó con el fiscal Carlos Rolero para decirle que sí proseguiría con la causa.
Rolero está a cargo de la investigación de la denuncia realizada por la polícia de CABA, a la que caratuló «lesiones leves, atentado y resistencia a la autoridad». Lesiones leves es un delito de «acción privada»: exige que la «víctima» manifieste su voluntad de seguir con la causa.
Para seguir investigando la «agresión» a Berni, era necesario que Berni manifestara su deseo de que esa investigación continuara. En el entorno de Berni cayó mal que Rolero caratulara «lesiones leves», obligándolo a hacer explícito su consentimiento…
Por las dudas, los peones de Berni Axel Kicillof y Julio Alak, denunciaron en la Justicia Federal a los choferes, pero por «Atentado contra la autoridad, lesiones graves e intimidación pública». Lesiones graves…
Rolero ordenó en ese contexto la detención de los choferes y habría pactado su entrega, según fuentes del juzgado, con sus abogados. Pero Berni se llevó presos a Jorge Zerda y a Jorge Galiano mediante un operativo digno de las «mejores» épocas de la dictadura, usando a su «guardia pretoriana», la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI).
Además, el gobierno nacional mandó la Gendarmería a las cabeceras de la 620 y la empresa Almafuerte, donde se secuestraron mil legajos de choferes.
Los choferes respondieron con el paro indeterminado hasta lograr la liberación de sus dos compañeros. Ya lograron el adelantamiento de la declaración que estaba prevista recién para el viernes por la tarde.
La UTOI fue creada por Cristian Ritondo durante el gobierno de María Eugenia Vidal, y fue la fuerza con la que el Coronel Berni llevó adelante, a fines de 2020, su principal hazaña militar: arrasar con un ejército de trabajadores sin techo y sin pan en Guernica, golpeándolos salvajemente, encarcelándolos e incendiándoles las casillas.
Fueron efectivos de la UTOI los que en 2021 saludaron a Patricia Bullrich en Villa Gesell haciéndole la venia. Desde el entorno del coronel en ese momento explicaban aquel hecho en clave del enfrentamiento entre Berni y la entonces ministra Sabrina Fréderic. Berni y Bullrich, en aquellas épocas, se prodigaban públicos elogios mutuos…
En noviembre de 2022, en el mismo Barrio Vernazza en que acaban de asesinar a Daniel Barrientos, la UTOI asesinó al trabajador de Manaos Esteban Bellido. Los vecinos del barrio sostienen que la muerte de Esteban se produjo cuando los efectivos policiales irrumpieron en un «rapipago», el ingenioso eufemismo con el que la gente identifica a los locales de venta de droga a los que la UTOI y la policía de la DDI zonal van a buscar su parte por la venta de drogas.
«Entraron disparando supuestamente para un allanamiento pero no detuvieron a nadie y solamente tiraron. El móvil pasa cada 15 días a buscar su platita. ¿Por qué fueron a hacer un operativo si no había ninguna orden? ¿A qué fueron? A buscar su platita», declaraba una vecina testigo de los hechos de noviembre. Casualidad o no, el policía que se tiroteó con los asesinos de Barrientos es un hermano de Bellido.
De pasada, para los que piden más policía, conviene constatar como se ha descompuesto, en pocos años, una fuerza de seguridad creada hace menos de 5. La UTOI tiene su sede en Puente 12, donde funciona la Escuela descentralizada de la Juan Vucetich especialidad UTOI. Allí funciona, justamente, el bunker de Berni.
De puro milico represor, vengativo y mentiroso que es, el coronel vencedor de Guernica les mandó la UTOI a los dos choferes, para que les quede bien claro quien es él.
Pero ellos ya sabían que el vencedor de Guernica es una porquería.
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