Cinthia, hermana de Lucas Verón: “Le prometí que vamos a hacer justicia”

El pasado 10 de julio, hace exactamente cuatro meses, Lucas Verón era asesinado en el barrio de Villa Scasso, González Catán, Partido de La Matanza, por los agentes de la Policía Bonaerense Ezequiel Benítez y Cintia Duarte, cuando junto a un amigo se dirigía a comprar gaseosas para festejar su cumpleaños número 18. Durante las primeras horas posteriores al crimen, la Comisaría de Catán y el fiscal Juan Pablo Tahtagian desplegaron una estrategia de encubrimiento para intentar inculpar a los dos jóvenes por un robo que no había ocurrido. Al amigo de Lucas, de solo 17 años, lo encerraron en un calabozo y lo amenazaron para que asumiera el robo ficticio.

Solo la rápida reacción de los familiares de los chicos, que iniciaron un proceso de lucha contra el encubrimiento, permitió que la verdad saliera a la luz en un barrio donde las situaciones de abuso policial son una constante. Con Tahtagian desafectado de la investigación, testigos claves y cámaras de seguridad que muestran partes de la secuencia, se abrieron dos causas judiciales que se tramitan en paralelo: una contra Benítez y Duarte por el “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, causa que ya fue elevada a juicio, y otra por el intento de encubrimiento llevado a cabo por los agentes policiales y el fiscal. A cuatro meses del asesinato y en la previa de una nueva movilización en pedido de justicia, Estación Finlandia dialogó con Cinthia, la hermana de Lucas Verón.

Por Redacción /

Estación Finlandia: ¿Cuál es el estado actual de las causas? ¿Están conformes con el rumbo que tomó la investigación?

Cinthia: Hasta ahora viene todo encaminado, la causa por el asesinato ya está elevada a juicio y recibimos la noticia de que se va a realizar el año que viene, después de marzo. Benítez y Duarte están en el Penal cumpliendo proceso, habían pedido la domiciliaria pero se la negaron y van a permanecer presos hasta que se haga el juicio. En ese sentido estamos tranquilos porque se rumoreaba que podían salir, pero ahora sabemos que eso no va a pasar. Mientras tanto las cosas avanzan muy rápido, hace poco vinieron los fiscales a reconstruir el hecho, la verdad es que todo lo que habían prometido en el Juzgado se está cumpliendo.

E.F: ¿Y la causa por el intento de encubrimiento?

C: Esa causa se tramita en San Martín porque por cuestiones lógicas acá no se podía investigar. Además del fiscal hay policías afectados, la gente de la comisaría, quienes tomaron las declaraciones, todos ellos fueron desafectados de la fuerza y están siendo investigados.

E.F: ¿Podés detallar cómo fueron esas primeras horas de encubrimiento?

C: Pasaron un montón de cosas. En principio está el testigo que iba con Lucas en la moto, a él lo llevaron a la comisaría, le pegaron y lo amenazaron para que dijera lo del robo del celular. Después, por ejemplo, a mí no me dejaron ver las cámaras de seguridad desde un primer momento. Recién hace dos meses vimos una cámara donde se veía cómo el patrullero corría a mi hermano, eso al principio no me lo mostraron, me hicieron ver lo que ellos querían. Quisieron encubrir algo que todo el mundo sabía porque pensaron que todo iba a quedar así.

«Mucha gente me llama para contarme cosas similares que les pasaron: ‘A mí me hicieron una cama’, ‘a mí me maltrataron’, ‘a mi papá lo amenazaron’… los asesinos de Lucas eran unos verdugos»

E.F: ¿Pensás que si ustedes no hubieran reaccionado así hoy las cosas serían distintas?

C: Sí, reaccionamos rápido y con mucha gente que nos ayudó un montón, así fue que todo fue saliendo a la luz. Durante todo el primer mes tuvimos que luchar, hacer movilizaciones, fue todo un proceso. En cada marcha exigimos justicia y muchas veces nosotros mismos estuvimos llevando testigos a una Fiscalía toda custodiada por la policía armada. Todo el primer mes parecía una burla, se reían de nosotros.

E.F: Al día de hoy todavía sufren represalias…

C:  Al padrino del amigo de Lucas hace veinte días unos policías lo corrieron y lo maltrataron, y hay muchos casos iguales. Hay un testigo clave que vio cuando dispararon a Lucas porque estaba escuchando música en la calle. Hace unos dos meses el pibe estaba en la calle y lo levantaron, lo tuvieron veinte días preso por un robo que no había hecho, le decían “así que te gusta denunciar a los policías”, lo amenazaron, le dijeron que si lo llegaban a ver en la calle lo llevaban de vuelta.

E.F: O sea que el caso de Lucas destapó un accionar que era habitual en los efectivos de la zona…

C:  No sé cómo se puede tener una Policía así. Después de lo de Lucas mucha gente me llama para contarme cosas similares que les pasaron: “A mí me hicieron una cama”, “a mí me maltrataron”, “a mi papá lo amenazaron”… los asesinos de Lucas eran unos verdugos, no hay otra forma de llamarlos.

E.F: ¿Y cómo transitan personalmente el proceso hasta llegar al juicio?

C: Es complicado, pero en el marco de la investigación, al estar metidos ahí, todo pasó muy rápido. Hoy vamos a marchar, no sabíamos si hacerlo porque mi vieja se sentía mal, tiene la presión muy alta, pero finalmente lo vamos a hacer. Nos seguimos movilizando, marchamos a Marcon y Florencio Varela, a las puertas del Juzgado, y lo vamos a seguir haciendo los días 10 de cada mes hasta que se haga el juicio. Ese día va a ser muy fuerte, ver a los asesinos sentados ahí, no sabemos cómo vamos a reaccionar.  

E.F: ¿Sentís que finalmente va a haber justicia?

C: Yo con todas las cosas que pasan ya no creo en la justicia, pero en este caso tenemos testigos y pruebas de sobra, es todo evidente, hasta ellos mismos ya se hicieron cargo de lo ocurrido. Con todo lo que tenemos quiero creer que el juicio se va a hacer bien, yo le prometí a Lucas que vamos a hacer justicia por lo que le hicieron.

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