La desgraciada epopeya de Hugo Sigman

Las vacunas de AstraZeneca siguen sin llegar, y en el gobierno ya empiezan a pasar a pérdida los costos políticos del acuerdo cuya cara visible es el empresario farmacéutico Hugo Sigman, que finalmente se dignó a romper el silencio…

Por Redacción/

Luego de rechazar decenas de pedidos de entrevista tanto de este como de otros medios, el empresario propietario del Grupo farmacéutico hispano- argentino Insud finalmente se dignó a comunicarse con el común de los mortales a través de un modernísimo hilo de twits. Desde el grupo Insud explican que el contrato con AstraZeneca para la producción en la planta de mAbxcience del principio activo de esa vacuna contra el Covid- 19, reserva para la multinacional la tarea comunicativa de las vicisitudes del proceso de producción y distribución de las vacunas, y que por eso Sigman no concede entrevistas.

Con tal argumento, sin embargo, no se explica porque habló profusamente del tema entre agosto del 2020, cuando anunció épicamente junto a Alberto y Ginés la fabricación de la vacuna en Garín que abastecería a toda Latinoamérica, y finales de febrero pasado, cuando El País* de España publicó un par de notas sobre la demora en la llegada de las vacunas, que reproducen declaraciones textuales del propio Sigman, y a partir de las cuales parece haber perdido la locuacidad. Aquel ciclo marcado por la abundancia comunicativa se inició con una imperdible entrevista de Marcelo Longobardi** en la que el multimillonario proclamó que la producción de la vacuna en nuestro país “Es una epopeya Latinoamericana”…

En el hilo publicado ayer, Sigman se coloca en una posición de indefensión, de víctima: El contrato fue firmado directamente entre el gobierno y AstraZeneca, que es la propietaria del principio activo fabricado, la que habría cobrado los US$ 52 millones de anticipo por 22,4 millones de dosis, y la que puede disponer de él como le plazca. No podemos saber si esto es cierto, porque el acuerdo es secreto, pero en todo caso: ¿Sigman pone su planta en funcionamiento gratuitamente, al costo, se hace cargo de los salarios, afronta el pago de las materias primas, etc.? Si no es así, y tales costos son sufragados desde la multinacional, está claro que ese dinero proviene del que ha pagado el estado argentino, del que entonces Sigman recibe indirectamente los fondos.

Para explicar la demora en la llegada de las dosis, Sigman repite el argumento de los problemas de envasado, que sigue sonando a excusa. ¿Existió? Nosotros citamos en nuestro artículo Las trampas de Sigman declaraciones del Cánciller de México Marcelo Ebrard, quien sostenía que la demora en el envasado se produjo porque la planta de Liomont debió “hacerse de nuevo”, y no por un problema de falta de envases. Citamos también el caso de la vacuna china Cansino, envasada en México en un lapso de 2 semanas a principios de marzo. ¿Es entonces el problema del envasado un pretexto para el desvío de millones de toneladas de principio activo a EEUU? O, en el mejor de los casos: ¿No quisieron admitir Sigman y su socio mexicano Carlos Slim que se habían equivocado eligiendo una planta de envasado que no cumplía los requisitos?

Estos supuestos problemas con el envasado serían los que explicarían que millones de dosis hayan sido enviadas a EEUU. Esos  es algo que Sigman admitió a fines de febrero en la nota de El País, pero que sin embargo el gobierno argentino se negó a reconocer varias veces: ¿Por qué? ¿Será porque el contrato establece que el principio activo sólo podía ser enviado a México, y que el desvío a EEUU representaría un incumplimiento?

En cuanto a la cuestión del envasado, Sigman no niega rotundamente que tal tarea industrial pueda realizarse en la Argentina, cuya industria farmacéutica es una de las más modernas del mundo, muy superior tecnológicamente a la mexicana. En el hilo de twit, sostiene que ese trabajo no puede hacerse en el país “…hasta donde tengo conocimiento”. La explicación del médico psiquiatra no parece convencer a los más de 200 médicos y científicos que reclaman la incautación del principio activo y su envasado en el país. ¿Lo habrá asesorado su antigua empleada y economista Sonia Tarragona, ex Subsecretaria de Medicamentos de Ginés y actual Jefa de Gabinete del ministerio de Salud de Carla Vizzoti?

Sonia Tarragona forma parte de la gestión de Carla Vizzotti | Foto:Pablo Cuareterolo
Sonia Tarragona, Jefa de Gabinete del ministerio de Salud, ex empleada del Grupo Insud

En el gobierno, por otra parte, tampoco niegan rotundamente que la vacuna pueda envasarse en el país: En una nota para eldiarioar.com* Diego Genoud afirma que “…los defensores de Sigman en el gobierno dicen que eso implicaría dejar de envasar otras vacunas como la que se aplican contra la gripe o el neumococo”, pero que podría hacerse en la planta contigua a mAbxcience, Sinergium Biontech, también propiedad de Sigman. Sobre el reclamo de la comunidad científica para que el envasado se realice en laboratorios públicos de La Plata y Córdoba, los funcionarios sostienen que la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos no cuenta con presupuesto suficiente: Bastaría entonces con disponer el presupuesto suficiente.

Pero, independientemente de esas opiniones, y según afirma también Genoud en su nota, el “…hasta dónde yo sé” de Sigman si ha bastado para convencer a Alberto: “‘Hablé con Sigman y dice que no se puede’, es una de las frases que le atribuyen a Fernández funcionarios de su máxima confianza”…

El fin de una épica

Para desviar el eje de la cosa, y revestirla de polémica con el macrismo, Sigman hace alusión al frustrado acuerdo del gobierno con Pfizer, como si sus contradictores promovieran el acuerdo con esa multinacional. No, señor Sigman: ni los centenares de científicos ni el Frente de Izquierda que reclaman la prohibición de la exportación del principio activo y el envasado en el país promueven el acuerdo con Pfizer.

En cambio, y ante la demora de la llegada de las dosis de AstraZeneca que eran el Plan A del cronograma vacunatorio del gobierno, al ingreso de Pfizer ya le abrió la puerta el propio Jefe de Gabinete Santiago Cafiero cuando afirmó que tanto las provincias como los privados pueden comprar vacunas. Y Vilma Ibarra ya habría iniciado contactos para retomar las negociaciones y llegar a tal acuerdo, que pondría fin a la épica de la autonomía vacunatoria con que el gobierno encaró este proceso desde mediados del año pasado.

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En sus inicios, el ciclo kirchnerista desarrolló una épica eficaz, de la que todavía vive políticamente, apoyada en un discurso de disputa por la renta agraria con el gran capital, y que proclamaba la apropiación de parte de esa renta vía retenciones para desarrollar el “capitalismo nacional”. En una épica similar aunque muchísimo más potente, duradera y profunda, se había apoyado el peronismo “histórico”, el nacido el 17 de octubre del ’45, hasta la abolición de las condiciones económicas que eran su base hacia 1975. En su declive expresado por el fallido liderazgo compartido entre Alberto y Cristina, el ciclo kirchnerista ha quedado sometido a los vaivenes de una campaña vacunatoria cuyo ritmo no puede controlar.

Puede decirse que lo que pasa aquí pasa en Perú o en Bolivia, que el acceso a la vacuna llega a cuentagotas e incluso a un ritmo mucho más lento que el que rige en nuestro país. Pero este razonamiento olvida que ni Perú ni Bolivia producen millones de dosis mensuales de vacuna. Y olvida el punto de partida a saber: La épica vacunatoria de Slim y Sigman con las que las burguesías nacionales latinoamericanas prometían poder sustraernos de las disputas comerciales entre las potencias imperialistas.

Las épicas, como las épocas, terminan. En la medida en que una clase social agota su potencialidad histórica, los ciclos épicos se vuelven más breves, porque la evidencia de la impotencia se manifiesta con mayor rápidez. Y así como hubo una “edad de oro” para el nacionalismo burgués latinoamericano que tuvo como punto de partida el desafío al ALCA en el 2005, la decadencia del ciclo se expresa en el fracaso, en apenas unos meses, de la épica vacunatoria proclamada como epopeya latinoamericana, que aseguraría la vacunación de su población al mismo ritmo que la de Europa y EEUU.

Esa es la verdadera desgracia de Sigman, como la de Alberto y Cristina, o la de AMLO, independientemente de su suerte a la hora de hacer negocios, de sí hubo o no estafa al estado argentino, algo que el carácter secreto de los contratos impide saber.

La desgracia de Sigman es la de haber hablado de más, producto de su incapacidad a la hora de comprender su papel subordinado de burgués de un país atrasado. La incapacidad de la clase de la que forma parte a la hora de desafiar al poder de los grandes monopolios imperialistas, con cuyos intereses, además, se halla entrelazado por una telaraña infinita de negocios.

PD: Sobre el envasado: Al cierre de esta nota, Laboratorios Richmond, de Marcelo Figueiras, anunció que envasarán un millón de dosis mensuales de la vacuna rusa Sputnik V a partir de junio: «…de Moscú nos mandan el principio activo y acá hacemos la fermentación, y terminamos la formulación, filtramos y llenamos [los viales]»… https://www.lanacion.com.ar/economia/vacunas-el-laboratorio-richmond-mando-las-primeras-dosis-de-prueba-a-rusia-y-esta-mas-cerca-de-nid20042021/

* Todos los vínculos a las notas citadas en este artículo que no incluyen referencia se encuentran en la nota Las trampas de Sigman: https://finlandiaestacion.com/2021/04/15/las-trampas-de-sigman/

** Entrevista de Hugo Sigman con Marcelo Longobardi (13-08-2020): https://marcelolongobardi.cienradios.com/el-empresario-argentino-detras-de-la-vacuna-de-oxford-es-una-epopeya-latinoamericana/

*** https://www.eldiarioar.com/politica/hugo-sigman-dueno-silencio_129_7837456.html

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