El gobernador Rui Costa del «izquierdista» PT promueve la privatización del agua en el norteño estado de Bahía, uno de los más pobres del Brasil. Un hecho que expresa, según Marcos Lima, el abandono de cualquier resabio de voluntad transformadora en el partido de Lula da Silva.
Por Marcos Lima, para Gazeta Revolucionaria y Estación Finlandia/
El gobernador del Estado de Bahía, Rui Costa (Partido de los Trabajadores – PT), envió a la Asamblea Legislativa local, a fines del año pasado, un Proyecto de Ley para la privatización de la Empresa Bahiana de Aguas y Saneamento (EMBASA), que actualmente está siendo tratado en el parlamento del estado.
Al contrario de lo que se hizo hace 15 años con el Programa Agua Para Todos, que benefició a más de 10 millones de bahianos, priorizando la asistencia a las poblaciones periféricas, pequeños municipios y áreas rurales.
El gobernador del PT, siguiendo el modelo bolsonarista más ejemplar, envió el proyecto a votación como un asunto de urgencia y ahora presiona a los diputados a votar el proyecto en todos los sentidos. Este despropósito se suma al despropósito mayor que es el objeto mismo del proyecto, privatizar el agua, un bien colectivo puesto en manos de una empresa privada que sólo busca ganancias. La gran mayoría de los municipios que no son rentables no tendrán inversiones y la población lo pagará caro, incluso con su vida.
Con el pretexto de atraer inversiones para EMBASA, el gobierno del PT muestra su verdadero rostro: quiere resolver la crisis del capitalismo salvando a los capitalistas. El proyecto apunta a entregar la mayor parte de las acciones estatales al sector privado entregando así el control de la empresa. Privatizar un bien del que depende la vida de las personas es completamente absurdo, porque el sector privado no estará interesado en realizar inversiones en la mayoría de las ciudades del Estado de Bahía que son pobres y no generarán ganancias.
Muchos trabajadores ya no encuentran diferencias entre un gobierno del PT, disfrazado de izquierda, de un gobierno de derecha pro-Bolsonaro. En lo que realmente importa, las bases materiales, económicas, dejan a las derechas con aspecto de hermanas de la caridad.
Después de que Luiz Inácio Lula da Silva, alias Lula, asumiera la presidencia de Brasil en 2003, el PT y la mayor parte de la izquierda brasileña dieron un gran giro a la derecha. Abandonó cualquier propuesta de transformación estructural y empezó a gobernar para salvar el capitalismo. El hito simbólico de esto fue la elección como vicepresidente de Lula de un gran empresario brasileño, José de Alencar, y el envío de tropas a Haití en 2004.
Se necesita todo el apoyo para los trabajadores de EMBASA y la población de Bahía, contra la entrega de los bienes públicos y, en consecuencia, contra el aumento en el precio de las tarifas de agua que seguramente será aplicado por el sector privado. Así como es necesario repudiar al gobierno de Bolsonaro y sus tropas privatistas, es necesario denunciar la política privatista de la farsa de izquierda que en los aparatos estatales practica la misma política de ataque a los trabajadores y entrega del patrimonio del pueblo a los capitalistas sedientos de ganancias a cualquier precio.
¡Abajo el gobierno petista de Rui Costa!
¡No a cualquier tipo de privatización de Embasa!
¡No a cualquier entrega del patrimonio público de los brasileños!
¡Fuera Bolsonaro, Paulo Guedes y todos los fascistas!
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