Segunda parte de la entrevista concedida a Estación Finlandia por el pensador marxista y dirigente del SWP británico. El amplio espectro de la ultraderecha: ¿fascismo cla´sico o fenómeno nuevo? ¿Cua´les son son causas? ¿Cómo se enfrenta a la ultraderecha desde la perspectiva del marxismo revolucionario?
Entrevista de Leonardo Del Plá y Luis Brunetto/
Estación Finlandia: Pasemos al tema del auge de la ultraderecha: ¿es un fenómeno que tiende hacia el fascismo clásico? ¿O estamos ante un nuevo tipo de fenómeno? ¿Cuál es tu opinión?
Alex Callinicos: Diría que en la extrema derecha hay un espectro amplio, no son un fenómeno homogéneo. Tomemos el ejemplo de Nigel Farage, el líder de Reform UK. Se ha convertido recientemente claramente en el político más influyente en la política inglesa. Él fue uno de los impulsores del Brexit y del referéndum para dejar la Unión Europea y actualmente su partido está yendo muy bien en las encuestas. Él es un racista, ha construido su fortaleza política atacando a la Unión Europea y atacando a los inmigrantes. Él no es un fascista, él quiere reestructurar la política burguesa, la política parlamentaria burguesa, poniendo el sello de la ultraderecha a la política burguesa, mientras también está captando a miembros decepcionados del partido laborista. Podríamos definirlo como un político populista racista. Eso es una parte del espectro de la ultraderecha. Luego tenés otras organizaciones que son seriamente fascistas, que son más o menos abiertamente, públicamente fascistas. El ejemplo más concreto es el partido fascista en Grecia, Amanecer Dorado, que tuvo un auge en el que tuvo representación parlamentaria como en los casos que vemos en el fascismo clásico. Este es un aspecto crucial del fascismo clásico, como se vio en Hitler y en Mussolini, que aunque llegan al poder de manera constitucional y formal, ellos no buscan continuar con el juego de la política parlamentaria burguesa. Crean regímenes autoritarios, donde el rol central es jugado por el movimiento fascista en sí mismo, reestructurando el poder alrededor de esto. Entonces eso se podría definir como un partido fascista clásico. Pero luego hay una serie de partidos, que en su origen son partidos clásicos fascistas, pero que buscan presentarse como estos políticos racistas de derecha como Farace, populistas. Hay un ejemplo claro en Francia con el Frente Nacional, también los Fratelli d’ Italia. Ambos, Marine Le Pen y Giorgia Meloni respectivamente, tratan de presentarse como políticos burgueses aceptables, aunque están representando partidos que en su centro son fascistas.
EF: ¿Y el caso de Alternativa por Alemania?
AC: Si miramos a AFD, que acaba de salir segundo en las elecciones, ese partido fue fundado por gente que eran neoliberales extremos, de una manera general no tan extremos como por ejemplo Millei, pero un poco como Millei. Pero en la medida en la que el partido creció, los elementos fascistas dentro del partido, el uso mismo del lenguaje que los nazis usaban se fue haciendo más generalizado y más fuerte, por lo que ocurrió una transformación en la que un partido populista racista puede convertirse en un partido fascista. Entonces hay un espectro amplio y el hecho de que este espectro sea tan poderoso como para haber puesto en el poder a Trump, a Meloni, a Milei, una Le Pen que tal vez gane las elecciones presidenciales, Bolsonaro habiendo sido presidente de Brasil, el hecho de que todas estas fuerzas se han vuelto tan importantes es un reflejo de la decadencia del viejo orden neoliberal y la manera en la que ese orden ha perdido legitimidad y popularidad.
EF: En tu país, el gobierno laborista de Starmer acaba de tomar drásticas medidas persecutorias contra los migrantes, haciéndose cargo de una agenda planteada por la extrema derecha, Biden en EEUU apoyó a fondo la guerra del sionismo dirigida por Netanyahu, y así podemos citar infinitos ejemplos: ¿en qué medida esto favorece al desarrollo de la ultraderecha?
AC: Bueno, en estos casos estamos hablando de poderes imperialistas. El Partido Laborista es en principio socialdemócrata, pero si miramos a su historia ha tenido un rol importante en manejar el imperialismo inglés y hay detrás de esto también una larga historia de racismo. Y ese es sólo un ejemplo. Pero lo que se podría decir es que estamos ante esta suerte de convergencia del neoliberalismo con los partidos a los cuales el líder radical pakistaní británico Tariq Ali llama el extremo centro. Todos han convergido en el neoliberalismo, por lo tanto están bajo una presión enorme por el desencanto popular con el peso de las crisis económicas, entonces se ven desafiados por la extrema derecha en la cuestión de la inmigración y su respuesta es hacer concesiones, al mismo tiempo que legitiman los puntos levantados por la extrema derecha. El partido de Starmer ha mostrado recientemente un video en el cual se ven acciones en contra de los migrantes y escenas que muestran a policías arrestando a inmigrantes y esto se da porque Reform UK va adelante en las encuestas y tienen miedo de perder votos de la clase obrera ante este movimiento. Y se pueden ver situaciones muy similares si miramos a Macron en Francia, quien ha sido el máximo defensor del neoliberalismo, ahora está imponiendo medidas terribles en contra de los migrantes y el efecto de todas estas políticas no es solamente atacar al migrante y causarle un daño en sí mismo, sino que más allá de eso está legitimando el planteo de la extrema derecha y esto es algo que en un país como en Inglaterra hemos visto durante mucho tiempo, desde la década del ‘60 cuando las agitaciones racistas anti inmigrantes comenzaron. Los sucesivos gobiernos, conservadores o laboristas, respondieron imponiendo más restricciones a los migrantes y por supuesto el efecto no es silenciar a la extrema derecha sino darle más confianza y legitimidad en sus planteos. Y esta lógica continúa su curso en estos días.
EF: Visitaste Argentina a fin de 2024: ¿Cuál fue tu impresión sobre el impacto que está causando el gobierno de Milei? ¿Y a qué atribuís la influencia que ha ganado su discurso?
AC: Creo que hay un elemento comun a todo el espectro de la ultraderecha, Milei ha triunfado por el fracaso de la derecha burguesa más tradicional y debido a los resultados de los gobiernos peronistas en las últimas décadas y particularmente en la última década, en los últimos años. Y es claro que esto no es simplemente por el efecto de sus políticas y la incompetencia en el manejo de la economía, sino también por todo el espectro de corrupción que se ha visto en la política argentina en los últimos años. Esto es lo que ha capitalizado Milei. Entonces esta es la versión argentina de los procesos que estábamos describiendo anteriormente. Y Milei encaja perfectamente en lo que estaba diciendo previamente, tomando elementos del neoliberalismo extremo. Por ejemplo, si miramos a Reform UK de Gran Bretaña, no tiene una orientación política definida, pero cuando se concretan sus políticas son en extremos neoliberales. Creo que vamos a ver mucho más de esto, porque si miramos a la gente que más influencia a Trump, estos millonarios de la tecnología como Elon Musk y Peter Thiel, no son ellos solamente sumamente ricos, sino que son también libertarios. En otras palabras, son anti-estatistas en una manera extrema, no sólo desde una posición neoliberal, sino casi desde una perspectiva Nietzscheana de la superioridad de las élites sobre las masas. Obviamente viéndose a sí mismoscomo la élite. Y esta gente tiene ahora no sólo el poder económico, sino que además ahora lo tienen asociado al poder político que ha ganado Trump. Entonces, el tipo de políticas que está llevando adelante Milei sólo se va a ir poniendo más fuerte. Vamos a ver más ejemplos de esto.

EF: Hay una discusión acerca de las causas de la llegada al poder de Milei, alrededor de si Milei captura el descontento con los gobiernos anteriores y él logra empezar a transformar ese descontento en un movimiento de tipo fascistoide, o si había en una parte de la población una cierta tendencia al fascismo reprimida durante todos estos años de gobiernos “progresistas”. Es una pregunta que se puede hacer sobre Milei o sobre el ascenso de la ultraderecha en general, ¿Cuál es tu opinión?
AC: Me aventuraría a optar por lo primero, que Milei está logrando darle una forma fascistoide al descontento. En una sociedad vas a tener a todo tipo de gente que tiene todo tipo de ideas, más allá de las ideas tal vez más difundidas. Y hay gente que se siente representada por las ideas fascistas, pero esta clase de personas no tienen una gran influencia sobre el resto de la población. Para que eso ocurra se necesitan cambios y realizar esfuerzos para construir un proyecto hegemónico, para hacer que las ideas de una pequeña porción de la población se conviertan en algo realmente influyente para las masas. Creo que esto se puede ver claramente en los Estados Unidos, donde hay un segmento de la población que es claramente racista. Pero Trump y el movimiento más amplio alrededor de él ha hecho que este grupo de racistas se conviertan para la sociedad en gente respetable, que tienen ideas respetables. Han hecho posible que se puedan decir públicamente cosas que antes no hubieran podido ser aceptadas por el resto de la sociedad. Entonces ocurren cosas extraordinarias, que no son tal vez tan importantes en términos de la política de los Estados Unidos, pero Musk, por ejemplo, que nació en Sudáfrica, ha comenzado a levantar el discurso de los afrikaners, el principal grupo blanco en Sudáfrica, diciendo que van a confiscar sus tierras y que van a ser asesinados. Y de repente el gobierno norteamericano comienza a cortar todo tipo de ayudas que había en curso hacia Sudáfrica, lo que obviamente tiene un impacto en Sudáfrica, porque esa ayuda se necesita. Entonces veámoslo así: el movimiento afrikaners ha reclamado desde la década de los ‘90 estar oprimido por la población negra. Pero hoy en día lo que está cambiando es que se están legitimando estos dichos. Y el peligro es que en esta clase de procesos, donde estas voces son oídas y adquieren legitimidad, porque son transmitidas por este tipo de representantes del poder, el peligro que subyace es que esas ideas se propaguen a grandes cantidades de personas en la población. Y creo que estamos en un periodo en el cual las ideas de las personas están cambiando de una manera a veces dramática. Hay un libro de una escritora canadiense, Naomi Klein, llamado Doppelganger, que es un estudio sobre cómo la pandemia, con un efecto perturbador, logró mover a a gente que tenía puntos de vista críticos contra el statu quo y las políticas dominantes hacia la derecha, volcándose a teorías conspirativas o aceptándolas inclusive. Y creo que eso refleja el peligro de la situación actual. La extrema derecha es sumamente ofensiva, y en el proceso pueden engañar a gente que está confundida. Por eso es fundamental desafiar todas las teorías conspirativas, el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia y todo lo que viene apañado con las ideas de la ultraderecha, brindando una alternativa revolucionaria.
EF: Muchos lo ven como un fenómeno imparable…
AC: A menos que, por supuesto, la clase obrera argentina triunfe en la idea de derrotar a Milei. Entonces estamos ante una apuesta muy alta en Argentina. Parecería ser que hay similitudes entre lo que hace Milei y lo que ha hecho la gente de Trump. Tiene esta idea que llaman “inundar la zona”: hacer muchas cosas extremas muy rápido y al mismo tiempo. Entonces tus oponentes están tan confundidos y desmoralizados que no sólo le permite sobrevivir sino además llevar adelante su programa. Y una de sus grandes ventajas en esta situación son sus oponentes. Si miramos a los Estados Unidos, los demócratas están completamente desmoralizados tras perder la elección y están siendo completamente inútiles ante la clase de ofensiva que Trump y Musk están llevando adelante. Y mi impresión es que los peronistas han reaccionado en una manera similar, en el sentido que no están buscando construir una resistencia en este momento, sino más bien esperar a las próximas etapas electorales. Es muy similar a lo que está ocurriendo con los demócratas en Estados Unidos. El problema con este tipo de estrategia es que tanto Trump como Milei están usando métodos que tratan de pasar por arriba de todos los procesos parlamentarios e intentando reestructurar la economía y la sociedad lo más rápido posible. Entonces, jugar con el tiempo, jugar a esperar se vuelve muy peligroso en esta situación. La resistencia tiene que ser construida de inmediato.
EF: ¿Y cómo se construye esa resistencia?
AC: Primero creo que la idea de que se puede derrotar a la ultraderecha con una alianza con el centro neoliberal es muy peligrosa. Por dos razones. Primero, por lo que recién mencioné. Los demócratas están en una parálisis o en una situación en la que no están dispuestos a construir una gran masa de resistencia popular en este momento. Pero, segundo, están tan desacreditados y tan asociados con el statu quo y cualquier intento de sumarse con estos movimientos te tiñe de inmediato con estas nociones que se te vería como un defensor del statu quo. Entonces, es muy importante que la izquierda mantenga su característica de independencia de estos poderes, de las diferentes fuerzas burguesas, y de rechazar la idea que, de hecho, viene a ser lo que los partidos comunistas en 1930 hicieron formando un frente popular con una alianza entre la clase obrera y la burguesía liberal en contra de los fascistas y en contra de la extrema derecha. Si miramos a Francia, lo intentaron con cierto grado de éxito en las últimas elecciones, construyendo un frente popular que involucraba a la izquierda alrededor de Melenchón y al partido más de centro, liberal, el partido socialista. Y sí, detuvo el triunfo del FN en esas elecciones parlamentarias. Pero luego, ¿qué pasó? Macron trabajó fuertemente para romper este nuevo frente popular, separando a los socialistas del resto y al final lo logró. Los socialistas hoy en día están apoyando algunas de sus políticas, entonces la táctica del frente popular no funciona. Es necesario que la izquierda sea independiente. El marxismo se enfoca en la emancipación de la clase obrera, la necesidad de los trabajadores de organizarse ellos mismos, independientemente de los partidos de la burguesía, y en particular en que puedan desarrollar su propia organización política.
EF: ¿Y en la Argentina, donde lo que tenés no son ese tipo de partidos sino el nacionalismo burgués representado por el peronismo?
AC: Bueno puedo hacer algunos comentarios muy generales, no me siento con la confianza como para ahondar en nada más específico sobre Argentina. Creo que lo que te decía antes es una precondición para derrotar a Milei o a esta clase de personajes en cualquier otro lugar. Pero al mismo tiempo, si la izquierda revolucionaria, en un país como en Argentina -para lo cual tengo que decir que fue muy interesante para mí visitar Argentina, particularmente porque hay un robusto arco de izquierda revolucionaria influyente, probablemente mayor que en cualquier otra parte del mundo-, si la izquierda revolucionaria se quiere convertir en un fenómeno de masas, tiene que buscar la manera de generar caminos hacia la base de la clase obrera, mostrándole todas las contradicciones entre las cosas que los peronistas dicen en contra de Milei, y su deserción a la hora de organizar una resistencia efectiva. E históricamente en la tradición maxista, en la tradición revolucionaria, la manera en la que la revolución logra incorporar a los miembros de la clase obrera que apoyan a este tipo de partidos como el peronista, ha sido la experiencia del Frente Unido, contra la táctica del Frente Popular. Esa es la manera en que se puede mostrar a los sectores de la clase obrera subordinados al peronismo la superioridad de la política revolucionaria.
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