Mientras en Senadores se discutirá la aprobación final de la Ley de Aborto Legal, este martes la Cámara de Diputados de la Nación decidirá si aprueba la nueva fórmula de movilidad previsional que el Gobierno nacional impulsa para actualizar los haberes jubilatorios, pensiones y asignaciones familiares a partir de marzo de 2021. La fórmula, que vendría a reemplazar la impuesta por la gestión macrista en 2017 – dejó de aplicarse en el primer semestre de este año, justo cuando iba a significar un aumento para los jubilados -, eliminaría del cálculo el 70 por ciento anclado a la inflación para reemplazarlo por un 50 por ciento establecido por la recaudación de ANSES. El resto de la fórmula, ocupado por la variación salarial, aumentaría del 30 al 50 por ciento y el Gobierno argumenta que así el cálculo ganará “sustentabilidad”.
Eugenio Semino, abogado y defensor de la Tercera Edad, participó este año en la Comisión Bicameral de Movilidad Previsional del Congreso que tuvo a su cargo la confección de la nueva fórmula. Sin embargo, Semino asegura que “los cinco meses de trabajo de la comisión se terminaron una noche de martes, llegó la información de Presidencia para que dejen en blanco porque iba a haber una noticia de seguridad social y ahí apareció el proyecto terminado, para mostrárselo al Fondo al día siguiente”. En diálogo con Estación Finlandia, el defensor de la Tercera Edad explica por qué la fórmula no recompondrá los haberes en un contexto de tres años consecutivos de pérdida frente a la inflación.
Por Redacción/
Estación Finlandia: Desde el Gobierno aseguran que la fórmula que proponen no es de ajuste, que aunque se quite el anclaje a la inflación va a ser “sustentable” en el mediano plazo por estar atada al salario ¿cuál es su opinión?
Eugenio Semino: Creo que eso es partir de una hipótesis de conveniencia, para demostrar algo que solo se supone… cuando Cavallo privatizó el sistema y éramos diez los que nos oponíamos, el tipo te decía usted va a tener su cuenta, la va a tener controlada y va a hacer dólares. Cuando te hacían la demostración era perfecta, iba a haber inflación cero porque iba a haber convertibilidad para toda la vida, la cuenta te salía, decías «voy a tener veinte mil dólares en mi caja». Después claramente esto no se verificó en la realidad. Ahora, cuando se anunció la nueva fórmula, el ministro de Trabajo Moroni dijo correctamente que la variación salarial está bien porque el beneficio jubilatorio es un salario diferido, estamos de acuerdo, reajustemos por salario, pero estamos en Argentina y tenemos otro componente que se llama inflación. Por más política económica consecuente que tengas, lograrás bajar dos o tres puntos por año, pero en un contexto en el que tenés cuarenta puntos…
E.F: Y en el que los jubilados ya vienen perdiendo hace años…
E.S: Es que la discusión es absolutamente falaz si no parte de la base de que los jubilados y pensionados han perdido el 40 por ciento del poder adquisitivo de sus haberes en los últimos tres años. Con el cambio de fórmula de 2017 perdieron seis puntos por el factor empalme, que en total fueron ni más ni menos que cien mil millones de pesos, algo que ya fue reconocido por la Cámara Federal y está a conocimiento de la Corte. Después, durante 2018 y 2019 perdieron veinte puntos, esto lo decía en campaña el actual presidente, que iba a recomponer esos puntos y no pasó, los reajustes que se hicieron este año fueron a la baja. En marzo de este año se cumplió con el porcentaje que establece la ley, pero solo para las jubilaciones mínimas, las de 14 mil pesos, a partir de 18 mil se aplicaron índices decrecientes hasta el tope de 103 mil pesos. Cuando sumás todo esto tenés tres años de un haber absolutamente reducido.
E.F: ¿Y el cambio de fórmula que propone el Gobierno no recompone?
E.S: No, la fórmula en sí misma no recompone, lo mejor que puede llegar a ocurrir es que termine siendo neutra y no se pierda con la inflación, pero no recompone nada.
E.F: Pero el Gobierno argumenta que es la misma que se usó en la gestión de Cristina y que allí los haberes le ganaron a la inflación…
E.S: Esa fórmula dio resultados aceptables, eso quiere decir que los haberes estuvieran algún punto sobre la inflación, salvo en 2012, 2014 y 2016 que hubo alta inflación y quedaron por debajo. Después, con la del 2017, que tenía anclado un 70 por ciento por inflación, más allá de los seis puntos que se robó la gestión de Macri en el empalme, terminó pasando que ellos tenían una previsión de 20 puntos de inflación y finalmente fueron 53. Eso se iba a traducir en los haberes del primer semestre de este año, lo que hubiera recompuesto un poco el haber, tampoco para tirar manteca al techo, pero finalmente se abortó. Hoy los jubilados de la mínima están percibiendo 19 mil pesos, exactamente el mismo número que percibieron en diciembre del año pasado con aquel bono de cinco mil pesos.
E.F: También se argumenta que, aunque la fórmula no esté explícitamente anclada a la inflación, indirectamente se va a contemplar al considerar la recaudación tributaria de la ANSES ¿Es así?
E.S: No, no es linealmente así. La canasta básica del jubilado tiene la particularidad de no tener la media de los índices de la inflación general, tiene una inflación propia. Nosotros calculamos la canasta del jubilado cada seis meses y hoy nos da más de cuarenta mil pesos por mes. Hay cosas que son particulares. Por ejemplo, durante la pandemia el costo del transporte aumentó mucho, porque los jubilados antes usaban transporte público y ahora el costo se multiplicó exponencialmente porque tuvieron que empezar a tomar remises o taxis. Con la higiene pasó lo mismo, el alcohol te sale 130 pesos medio litro. Pero más allá de lo excepcional de la pandemia, hay una cantidad de cuestiones que son poco conocidas pero que son obvias. Para comer con una dentadura postiza tenés que comprar un adhesivo, que sale 30 pesos por día, lo que fue el último ajuste de diciembre.
E.F: ¿Cómo vive un jubilado con esa plata?
E.S: Con 19 lucas te morís de hambre. El último cinco por ciento de diciembre fueron 900 pesos, 30 pesos por día. En un año en el que el 80 por ciento de los fallecidos por la covid fueron adultos mayores y los que se repusieron, que son cientos de miles, ahora necesitan rehabilitación, que se atiendan las comorbilidades o las complicaciones que generó la enfermedad, todo eso no se está haciendo, no lo hacen las obras sociales ni el PAMI.
E.F: Hay medicamentos gratis…
E.S: Hay un programa de PAMI de 170 principios activos que llega a dos millones de personas. Viene muy bien, magnífico, pero ¿qué tiene que ver eso con el haber jubilatorio? Si a mí un alumno me dice “les estamos pagando 19 lucas, pero les damos medicamento gratis”, lo echo de la clase. ¿El tipo tiene que enfermarse para recibir un haber superior? ¿para recibir cinco lucas en medicamentos? Pareciera que la ventaja es estar enfermo, cuando la gran consigna de la modernidad es buscar el envejecimiento saludable. Además, si vos le ponés plata al jubilado en el bolsillo la gasta en el sector interno, la tasa de recupero es de 45 días, a los 45 días esa plata está de nuevo en la caja del Estado.
E.F: ¿Qué vínculo cree que hay entre la presentación de la nueva fórmula y el inicio de las negociaciones con el FMI?
E.S: El Fondo trae el mismo paper siempre, el mismo que traía en los ’90, pero con las hojas un poco más amarillas. El usurero viene, dice “te pongo la plata, pero si tenés que matar a tu hijo para pagarme, problema tuyo”. El FMI lo que pide es que la incidencia sobre el PBI de la masa de beneficios sea X cantidad de puntos, no más, los tipos saben que se llevan el resto o te ponen condiciones para toda la vida. La imposición del Fondo está, los cinco meses que se discutió en comisión bicameral se terminaron una noche de martes, llegó la información de Presidencia para que dejen en blanco porque iba a haber una noticia de seguridad social y ahí apareció el proyecto terminado, para mostrársela al Fondo al día siguiente, cuando llegaban a la mañana. Es como en un hotel cuando llegás y te dejan un paquetito con caramelos de regalo arriba de la almohada, acá le dejaron el proyecto de movilidad. Es obvio, pero no es de este Gobierno, lo vi mil veces.
E.F: Desde su punto de vista ¿cuál sería entonces el camino para recomponer haberes?
E.S: Lo que pasa es que el oficialismo dice “no les achicamos, en realidad ahora va a estar mejor porque damos sustentabilidad”, y la oposición dice exactamente lo mismo, pero al revés. La discusión debiera estar centrada en recomponer el haber y discutir eso es discutir el financiamiento del sistema. Empecemos a ver, por ejemplo, por qué se sigue convalidando la política de quita de contribuciones patronales que empezó la dictadura y que continúa hasta el día de hoy. La dictadura quitó quince puntos de contribución patronal, no se repusieron, después Cavallo quitó ocho puntos y en la última gestión también se sacó, no se repuso nada. ¿Por qué seguimos con el IVA cuando en el mundo capitalista, no estoy hablando de ningún país revolucionario, se ha modificado por impuestos a las rentas? En cuanto a recaudación el impuesto que más plata está poniendo en Argentina es el IVA, el más regresivo. ¿Por qué la renta minera o la financiera pone cero pesos en la seguridad social? Las discusiones de fondo son esas, si no querer justificar hablando de la inflación o de la sostenibilidad no tiene sustento.
E.F: ¿Ya se puede establecer cuál sería el aumento de marzo de aprobarse la nueva fórmula?
E.S: Yo diría que en marzo va a ser alrededor del seis por ciento. El semestre daba once puntos, primero se habló de los cinco puntos a cuenta que después se dieron cuenta que era una ridiculez y volvieron atrás. Hasta ese momento, a marzo iban a ser once puntos, pero ahora empezaron a decir que van a ser seis puntos, cinco de diciembre y seis de marzo. En cualquier caso, va a haber una ola de juicios.
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