«Biden y Perón: Alberto y Cristina elogian al imperialista Joe Biden» por Guillermo Kane

¿Del «Braden o Perón» al «Biden y Perón»? El discurso de Joe Biden ante el Congreso de EEUU fue citado como ejemplo por la dirigente hegemónica del Frente de Todos y por el propio presidente de la Nación, ambos reconocidamente peronistas. ¿Es esta apología una nueva prueba del agotamiento de un movimiento que se proclamó, en sus orígenes, enemigo del imperialismo norteamericano, a la hora de plantearse la tarea de conquistar la independencia nacional? En esta nota publicada originalmente en Prensa Obrera, el dirigente del Partido Obrero y ex diputado provincial bonaerense por el FIT, Guillermo Kane, analiza la cuestión.

Por Guillermo Kane, 05- 05- 2021/

En un discurso del martes 4 de mayo, el presidente Alberto Fernández se sumó a los elogios que hace unos días realizó su vicepresidenta Cristina Fernández al presidente norteamericano Joe Biden, con motivo de su discurso al Congreso de EEUU.

Cabe preguntarse cómo una fuerza política que trata de presentarse como más protectora de la autonomía nacional de Argentina, por contraste con la oposición abiertamente pro-yanqui que encabeza Mauricio Macri, puede reivindicar una convergencia entre sus políticas y la del gobierno norteamericano como un motivo de validación…

Lo curioso del asunto es que esta operación ni siquiera es nueva. Cuando ganó Donald Trump, de quien su sucesor en la presidencia quiere mostrarse como el opuesto exacto, Cristina Fernández de Kirchner y una parte importante del peronismo local salieron a apoyar su triunfo, identificándose con un nacionalista proteccionista que ganó contra el apoyo de los medios de comunicación concentrados.

En lo que parece ser una obsesión con el alineamiento con los mandatarios norteamericanos, estos “nacionales y populares” pegan ahora una voltereta de 180 grados. Como dice el conocido chiste de Los Simpsons: “hice campaña por el otro candidato pero voté por usted”.

¿Qué es lo que entusiasmó tanto al binomio presidencial argentino? Biden en su discurso a 100 días de su asunción presentó un paquete de medidas que implican una gran inversión del estado para tratar de mantener la tasa de ganancia de una clase capitalista cada vez más carcomida por la recesión, crear mecanismos de contención social en un país que viene de una rebelión popular y con una realidad social cada vez más violenta y polarizada, y apostar a la promoción de los conservadores y estatizados sindicatos de la AFL-CIO como manera de contener una ola de conflictos obreros que vienen en un alza sostenida el último lustro. Evidentemente el proyecto de Biden de apoyarse en una burocracia sindical estatizada hizo ver estrellas en los ojos a los pejotistas.

Las medidas de Biden, aunque haga demagogia tomando distancia de Wall Street (“hay buenos hombres y mujeres ahí, pero el país lo construyó la clase media, no Wall Street”) pretenden sostener al gran capital en una etapa de declinación inocultable del imperialismo norteamericano. La tasa de interés bajísima es sobre todo una línea de flujo para los capitalistas.

El empeño por difundir perentoriamente la versión de que Biden sería un gran reformador social no responde a ingenuidad alguna en los Fernández. Les es útil para falsificar la realidad tanto de la política de su gobierno, como la de su relación con la potencia imperialista más determinante en el sometimiento de nuestro país.

CFK se entusiasma con la desmentida de la “teoría del derrame” que hace Biden, pero la presentación del gobierno del Frente de Todos como un impulsor del estado en defensa del consumo de los sectores populares es una estafa. La proporción del presupuesto dedicada a la asistencia social en Argentina decrece, no crece. No se ha reinstituído el limitadísimo IFE, a pesar de que el desmanejo de la pandemia con la apertura indiscriminada de las actividades no esenciales, el turismo y la presencialidad escolar han engendrado un nuevo desastre en casi todo el país y un cierre parcial del AMBA. El mismo martes 4 de mayo las organizaciones piqueteras independientes han denunciado la baja de 50 mil programas sociales. Los fans de Juan Domingo Biden realizan en Argentina un brutal ajuste en función de los acuerdos con el FMI que dirigen los funcionarios de Biden y la Unión Europea.

La operación no es más que un embellecimiento del imperialismo yanqui. Las medidas proteccionistas o el compre americano tienen en una potencia imperialista un sentido profundamente distinto que en un país oprimido, en el que, incluso con un carácter conservador o patronal, pueden expresar una medida defensiva frente a la presión colonial. Las medidas de intervencionismo económico en función de la defensa del capital norteamericano fueron anunciadas por Biden con toda claridad como un plan de relanzamiento de una ofensiva comercial, política y militar por la dominación mundial. Es parte del mismo operativo para pelear por mantener la hegemonía norteamericana del que forman parte, por ejemplo, las acciones que coordina la armada yanqui con Taiwán y Japón en las costas de China.

La supremacía norteamericana que defiende Biden implica en Latinoamérica reforzar los mecanismos de saqueo económico empezando por la usura sistemática de la deuda externa. Los sucesivos elogios a Trump y Biden son parte de una campaña sistemática para congraciarse con el imperialismo de parte del gobierno Fernández-Fernández desde su asunción. Alberto Fernández dedicó sus primeras semanas de gobierno a visitar a Netanyahu, Merkel, Macron y al Papa. Ninguna de estas gestiones ha aflojado el nudo de la deuda externa sobre nuestro país, como lo han querido presentar en su momento.

El desastre sanitario que estamos viviendo es el resultado directo de que se continúen privilegiando los pagos de la deuda frente a la vida y la salud de la población argentina que necesita recursos para su sistema sanitario y para que pueda cumplir una cuarentena sin morirse de hambre.

La presentación del intervencionismo estatal procapitalista del imperialismo norteamericano como una variante popular o progresista pinta al Frente de Todos como un grupo de cipayos incurables, que guitarrean con el keynesianismo mientras su gobierno genera un empobrecimiento de características inéditas para el pueblo argentino.

Publicada originalmente en https://prensaobrera.com/

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