«¡Todo Chubut a las calles!» por Julieta Rusconi

La aprobación, a propuesta del Frente de Todos y casi a escondidas, de la rezonificación que habilita la explotación megaminera en Chubut ha despertado protestas que, aunque salvajemente reprimidas por el gobierno de Mariano Arcioni, crecen en todo el territorio provincial.

Por Julieta Rusconi, desde Chubut/

Todo Chubut está en las calles desde que, en una sesión que fijó un Orden del Día a espaldas del pueblo, el Presidente de la Legislatura, el vicegobernador Ricardo Sastre, habilitó la votación a favor del Proyecto 128/ 21.

El proyecto plantea una “zonificación minera” que modifica la Ley 5001, que prohíbe toda explotación metalífera en el territorio con el fin de proteger los bienes comunes, y especialmente, al río Chubut, único río en la provincia.

Sastre, en cambio, cajoneó las dos iniciativas populares presentadas con decenas de miles de firmas en la Legislatura, con la complicidad de los bloques que funcionan como representantes del lobby minero.

El apuro de votar el proyecto de zonificación minera responde al hecho de que corría riesgo de perder estado parlamentario y, más profundamente, a la necesidad imperiosa tanto del gobierno de Mariano Arcioni como del de Alberto Fernández, de abrir el país a la megaminería para conseguir dólares y garantizar el pago de la deuda, provincial y nacional.

Así lo afirmó explícitamente durante esa vergonzosa sesión el diputado del Frente de Todos, Carlos Eliceche, presidente de la Comision de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Recursos Naturales: «…este proyecto responde a un pedido del Presidente Alberto Fernández para que la minería se desarrolle e ingresen inversiones.»

Por eso, la orientación de Arcioni, primero bajo el gobierno macrista, y hoy bajo el gobierno albertista, continúa siendo garantía de entrega de los recursos naturales a los pulpos extractivistas, garantía que se apoya en su voluntad de usar el aparato represor del estado sin miramientos. Esa entrega también es un reclamo de la política de ajuste del FMI.

En concreto, la rezonificación permitiría a la empresa minera canadiense Pan American Silver la puesta en funcionamiento del proyecto Navidad, en el centro norte de la provincia. Allí, explotaría yacimientos de plata usando, en lugar del cianuro prohibido por la legislación provincial, xantato, una sustancia tan nociva, según los especialistas, como el cianuro. Como consecuencia de la aprobación de la zonificación, las acciones de PAS subieron el 7 %, y sus accionistas ganaron U$S 347 millones en 24 horas.

Inmediatamente, la indignación popular provocó expresiones de repudio en toda la provincia. El miércoles, en un contexto de represión feroz que dejó como saldo 30 manifestantes heridos y 7 detenidos, fueron incendiadas la Casa de Gobierno, el Superior Tribunal de Justicia y se bloqueó durante horas la salida de los diputados provinciales de la Legislatura.

En el interior de la provincia, hay cortes de ruta en Esquel, manifestaciones en las municipalidades y plazas centrales. Y las corridas fueron constantes, porque el aparato represivo de Arcioni salió directamente a cazar manifestantes.

No es la primera vez: hay causas abiertas contra compañeros por cortes de ruta, allanamientos sin causas y amedrentamientos a los luchadores. Para balas de goma, gases y vehículos para fortalecer el aparato represor no hay ajuste.

Para favorecer el ingreso de la explotación minera en la provincia Arcioni también ha habilitado que las empresas y fundaciones que representan al lobby minero asuman funciones propias del Estado. Así, con la agenda de la tecnocracia y promoviendo un discurso destinado a minimizar las nefastas consecuencias del extractivismo, ofrecen cursos y capacitaciones a la docencia.

Pero lo que es peor, en casos como los de Yala Laubat, un pueblo en la meseta que necesita un nuevo pozo de agua, la minera paga la fiesta de egresados de la escuela. Se promete «un hospital de alta complejidad, único en la provincia” cuando el estado tendría los recursos para construirlo si no fuera porque lleva adelante una política de ajuste sobre el propio pueblo trabajador en educación, salud y salarios, y gasta sumas ingentes en mantener el monstruoso aparato de represión que construyó Arcioni.

El pueblo trabajador de Chubut va a seguir luchando y gritando: ¡No a la zonificación minera! ¡No a la entrega del río Chubut! ¡Fuera Arcioni y el régimen de saqueo!

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