Tres Listas, entre ellas la oposición antiburocrática representada por la Azul Bermellón, disputarán mañana 17 de mayo la conducción de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, que dirige hace 32 años Julio Piumato. Conversamos con Facundo Miño, candidato a secretario adjunto por la Azul- Bermellón y actual integrante de la Comisión Interna del Fuero Penal.
Por Redacción/
Estación Finlandia: Describínos la situación de los trabajadores judiciales.
Facundo Miño: Lo primero que hay que decir es que los judiciales somos los únicos trabajadores del país que no tenemos convenio colectivo de trabajo ni tampoco negociación en paritaria. Los aumentos o mejor dicho, las recomposiciones salariales las fija en forma unilateral la Corte Suprema. Naturalmente que los judiciales luchamos por el salario a pesar de no tener paritarias ni convenio colectivo de trabajo, de hecho nuestro sindicato se empezó a gestar en la década del ’60 sobre la base de importantes luchas que se desenvolvieron por abajo en materia salarial. Ahora, en los días previos a la elección, la Corte definió sin que haya ningún paro ni ninguna movilización un aumento salarial con una clara intención de incidir en la elección. De todas formas, en amplias franjas de los trabajadores judiciales existe la la conciencia de que el sindicato se prende de la política salarial de la Corte, porque no hay que perder de vista que cuando hay aumento para los judiciales también lo hay para los jueces y para la propia Corte Suprema, que se auto- aumenta sus elevadas remuneraciones. Pero así el gremio deja de lado un conjunto de situaciones que afectan a las y los trabajadores respecto a condiciones de trabajo o a la atención de su salud. En los últimos años pasamos de tener una de las mejores obras sociales a tener la peor del país, algo que quedó de relieve con la pandemia pero que ya se venía gestando desde antes. En todo este proceso de degradación de las condiciones de salud, en donde la obra social dejó prácticamente de brindar prestaciones, Julio Piumato no dijo nada básicamente porque la obra social que debería ser manejada por los trabajadores es manejada por la Corte desde que fue intervenida en 1976. Por eso, en soledad durante estos últimos años tuvimos que dar una importante pelea por las condiciones de salud en el marco del ajuste y del vaciamiento en la obra social. Recién el sindicato, la conducción de Julio Piumato, se dignó a decir algo cuando el año pasado empezaron a hacerlo los propios jueces, que se empezaron a quejar del funcionamiento de la obra social. Esto se puede trasladar a un montón de ámbitos y cuestiones en las que el sindicato hace la vista gorda porque la responsabilidad recae enteramente en la Corte Suprema.
EF: ¿Cómo impacta la precarización entre los judiciales? ¿Y cómo la pandemia y la difusión del teletrabajo?
FM: Tenemos un importante problema de precarización laboral en la justicia, en dónde la extensión de los contratos y los interinatos ha generando un sistema de sujeción laboral para los trabajadores. La llegada de la pandemia fue muy traumática en el Poder Judicial, primero porque hubo que arrancar desde abajo con movilización y con mucha presión que se dispongan los medios para teletrabajar, cuando no había ningún tipo de vacuna ni ningún tipo de protocolo implementado para poder resguardar una mínima bioseguridad en los lugares de trabajo. Pero las situaciones que motivaban la necesidad del teletrabajo en gran medida siguen vigentes y cuando digo esto me refiero a que los trabajadores judiciales que están regresando a sus oficinas ya estando vacunados se encuentran con las situaciones previas a la pandemia, con las oficinas completamente hacinadas, sin condiciones de seguridad, muy pocas oficinas tienen ventilación cruzada y al mismo tiempo se genera una situación en donde el propio trabajador no puede llevar adelante sus labores porque gran parte de la las herramientas de trabajo, los equipos informáticos, la conectividad y el sistema informático mismo son completamente obsoletos a causa de la falta de inversión. El teletrabajo también en gran medida implicó un debilitamiento de la actividad sindical, pero ahora que se produce este retorno sin condiciones nos estamos organizando para dar una gran pelea para que el Consejo de la Magistratura, que está en una situación de déficit crónico, que nunca tiene recursos para atender ninguna emergencia, efectivamente asigne los recursos necesarios, más aún teniendo en cuenta que Rosatti ha sacado un fallo para colocarse él mismo en la presidencia del Consejo, y atendiendo a que siempre el Consejo sufre pobreza crónica y la Corte tiene un superávit permanente, lo que nosotros reclamamos es que los recursos que la Corte tiene guardados en los bancos, a los que llama «fondo anticíclico», sean empleados inmediatamente para resolver la situación de absoluta precariedad en la que nos encontramos a los trabajadores en las oficinas, y sobre todas las cosas una renovación integral de todo el parque informático en virtud de que los propios trabajadores no están pudiendo realizar sus labores, y muchos de ellos están yendo a trabajar a las oficinas con sus propios equipos personales, con sus propias notebooks, una situación que es completamente inadmisible dado que es la propia patronal la que tiene que proveer las herramientas de trabajo. Frente a esta situación Piumato no dice nada, es «vuelvan a las oficinas y arréglense como puedan».
EF: ¿Como caracterizan a la lista Marrón de Piumato?
FM: Piumato conduce el sindicato hace 32 años de manera ininterrumpida, una conducción cuya línea de continuidad consiste en ser una dirección completamente sometida a la Corte Suprema y a los distintos gobiernos siempre. Para no irnos 32 años para atrás podemos tomar los últimos años: por lo menos de 2005- 06 hasta el año 2012, Piumato fue completamente cristinista, invitado casi permanente a 6- 7- 8 y a distintos programas que formaban parte de la constelación de los medios kirchneristas. En 2013, cuando Cristina plantea la «democratización de la justicia», con esa reforma que nosotros también rechazamos porque, así como las reformas que planteó Macri, se llevaba por delante los derechos y las conquistas de los trabajadores judiciales, entonces gira abruptamente hacia las posiciones de la Corte Suprema. Luego como esas posiciones de la Corte se fueran sincronizando con el macrismo, ahí se alineó con el macrismo, y tuvimos el punto más alto cuando encabezó la marcha de fiscales y jueces por la muerte de Nisman. También se encolumna en la campaña del macrismo para desplazar a Alejandra Gils Carbó de la Procuración General. Y fueron momentos muy duros para los judiciales porque mientras nos encontrábamos luchando contra el traspaso de la justicia nacional a la ciudad, que implica una rebaja salarial del 30 %, más flexibilización laboral, la pérdida de la carrera judicial, y un golpe terrible para los compañeros y compañeras de maestranza porque en la justicia de la ciudad todo lo que es maestranza está tercerizado y no existe en el escalafón, en suma: toda la serie de cuestiones que afectaban a los trabajadores que estaban muy inquietos por esta situación; Piumato se encontraba recorriendo todo el país con el ex ministro Germán Garavano para presentar el programa Justicia 2020, cuyo eje central era el traspaso de la justicia nacional a la ciudad que tiene como dije un capítulo que afecta los derechos de los judiciales, pero como un tiro por elevación, también tiene el propósito de hacerse de la justicia del trabajo para convalidar desde los tribunales del trabajo toda la política de flexibilización laboral que se van dando los gobiernos.
EF: ¿Y la Celeste y Blanca?
FM: La Celeste y Blanca es un desprendimiento de la Marrón de Piumato, que ha acompañado todos y cada uno de sus giros. De hecho la encabeza el Adjunto de Piumato, Luis Bechis de Tierra del Fuego, que siempre fue un elemento decorativo y ahora está descubriendo que Piumato tuvo una política netamente macrista, no cuando Macri estaba en el gobierno sino 3 años después de que se fue. La presencia de la Celeste y Blanca viene a confirmar todas nuestras denuncias, porque hay una guerra entre los dos y están tomando parte del libreto de la Azul Bermellón, en el sentido de que descubren recién ahora que Piumato es personal político de la Corte, que era macrista, que no decía nada por la obra social cuando los únicos que decíamos algo éramos nosotros. Y a la vez recién ahora la Marrón se acuerda de que en Tierra del Fuego, que Bechis condujo aliado a Piumato durante 27 años, se están bajando los salarios, se ataca la carrera judicial. Y hay todo una serie de miembros de esa comisión directiva denunciados por violencia de género, pero a esos violentos y abusadores de Tierra del Fuego se los ha cubierto durante muchos años, y se los ha cubierto porque también desde el lado de la lista Marrón es un tema que existe. Todo lo que se dicen mutuamente es cierto, pero es lo que siempre denunciamos nosotros.
EF: ¿Cómo afectó al gremio la ruptura encabezada por Vanesa Siley?
FM: No tuvo mayor incidencia en la estructura del sindicato. Para que se den una idea, el SITRAJU de Siley va a hacer elecciones de una manera provocativa el mismo día que se realiza las elecciones de la UEJN, y mientras que en la Unión están habilitados para votar, con un padrón un poco inflado diría yo, alrededor de 15 mil judiciales, el padrón del SITRAJU no superará los 2500. Es decir que estamos ante un sindicato burocrático, pero qué es un sindicato al fin, y por otro lado tenemos un sello de goma apoyado por diversos sectores de poder que hoy circunstancialmente se encuentran en el gobierno. Los trabajadores judiciales nos hemos enfrentado a la perspectiva del SITRAJU en muchas oportunidades, porque el traspaso de la justicia a la ciudad lo hemos enfrentado bajo el macrismo muy fuertemente pero también bajo el gobierno de Alberto, porque la reforma judicial de unificación del Fuero Federal con el Fuero Penal Económico contenía todo un capítulo de traspaso de la justicia nacional a la ciudad, y el SITRAJU abiertamente ha habilitado la perspectiva del traspaso de la justicia a la ciudad porque le conviene: tienen su único sindicato con personería gremial en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires.
EF: ¿Qué opinás del planteo de reorganización de la Corte y más en general de los planteos de reforma judicial que se vienen impulsando?
FM: Cada gobierno quiere consolidar su posición en el Poder Judicial a partir de llevar adelante este tipo de reformas. Ocurre con todos los gobiernos que buscan la mayoría automática propia. Desde ese contexto hay que leer los proyectos de las reformas judiciales. Esos intentos son un enorme factor de movilización de los trabajadores judiciales, porque todos los gobiernos impulsan reformas que pretenden llevarse puestas las conquistas de los judiciales. Siempre nos tiran por la cabeza que los judiciales no pagamos ganancias, que los judiciales tenemos muchas vacaciones, pero nosotros rechazamos esos ataques porque el salario no es ganancia, por lo tanto no tiene que pagarlo ningún judicial ni ningún trabajador del país. Al día de hoy hay muchos judiciales que lo pagan porque los que ingresaron desde 2017 pagan. Y sobre las vacaciones, se trabaja en Feria, y por otro lado las vacaciones tienen que ver con que los judiciales trabajamos mucho, y por lo tanto es un derecho conquistado.
EF: ¿Y cómo ven la elección?
FM: Primero esperamos que la gente vaya a votar, ese punto es bastante incierto, porque en CABA que representa alrededor del 50 % del padrón, una parte sustancial se encuentra con sistema mixto virtual y presencial. La conducción del sindicato además no propendió a establecer un sistema de votación que facilite la participación. Hace muy poco hubo elecciones del Colegio Público de Abogados y la elección transcurrió en 3 días, acá vamos a tener solamente un día a todo nada. En ese cuadro nosotros ya hemos conquistado en 2018 la minoría de congresales de Capital, luchamos por sostenerla y al mismo tiempo en este esquema de tres listas, por el peso del aparato y el apoyo de la patronal sabemos que Piumato va ser reelegido nuevamente. Nosotros aspiramos a hacer una muy buena elección, a ser la segunda fuerza nacional y a dar un paso muy importante en la consolidación de una verdadera oposición, no una oposición de aquellos que hace 5 minutos se dieron cuenta que Piumato es «Feo, sucio y malo», como la película de Scola, y por lo tanto entendemos que si alcanzamos eso será un importante punto de apoyo para lo que viene, qué es enfrentar toda la situación inflacionaria y las reformas judiciales, y por otro lado para ir por la conquista de más comisiones internas y cuerpos de delegados. No quedarnos solamente con las muy importantes comisiones internas de Penal, de Civil y Comercial Federal, distintas representaciones sindicales que tenemos en el Fuero Civil, en los ministerios públicos y en la Corte Suprema. Queremos ir por más y una votación importante y masiva a la Azul- Bermellón construye en ese sentido: recuperar un sindicato para todos los trabajadores sobre la base de la más amplia democracia sindical, que luche por el 82% móvil para todos, por la democratización de la obra social, con una perspectiva para las mujeres judiciales. Un sindicato que exprese a todos y cada uno de los reclamos de los y las trabajadores judiciales.
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