La lista Multicolor que dirige el Suteba Matanza desde 2013 ha denunciado fraude en las recientes elecciones sindicales del 11 de mayo por parte de la oficialista Lista Celeste que encabeza Roberto Baradel. Aquí los argumentos de la impugnación Multicolor y algunos elementos nuevos provistos por fuentes insospechadas en relación a una cuestión que interesa no sólo a Baradel, sino también al gobernador Axel Kicillof y al intendente Fernando Espinoza.
Por Redacción/
A Roberto Baradel el kirchnerismo no lo quiere, por «piantavotos», en las listas de candidatos a diputados, pero si lo necesita en el sindicato docente, como correa de transmisión de la política educativa y para controlar a la cada vez más pauperizada base docente. Se notó mucho el 10 de mayo, cuando Axel Kicillof anunció un aumento del «60%» el día previo a la elección sindical. El primer tramo de ese aumento los docentes lo cobraron ayer, y no llega al 10%, con una inflación que alcanzó al 23% enero- abril, y que superará el 30% enero- mayo.
Es el mismo papel que Baradel juega ahora apoyando explícitamente al gobierno de Kicillof frente a las protestas de las comunidades educativas del conurbano por la falta de calefacción en las escuelas, y que hace perfectamente entendible lo que nos dijo en estricto off una fuente antiespinozista del peronismo matancero: “sacarle el Suteba a los troscos termina siendo cuestión de estado”. Así, no resulta extraño que, a falta de docentes, a los festejos con que los usurpadores del Suteba Matanza pretendieron apuntalar la operación fraudulenta asistieran el propio Espinoza, la diputada espinozista Brenda Matys y la plana mayor del municipio, además del propio Baradel y el mismísimo Hugo Yasky.

Pero las usinas de las que brota la información no son sólo las “políticamente” malintencionadas del peronismo albertista y antiespinozista. También hay en la propia Celeste gente que no ha perdido el pudor, y que no está de acuerdo con el método del fraude. Gracias a esto, EF tuvo acceso a elementos de distinto tipo que ponen luz sobre los mecanismos del operativo. Además de aquellos que ya ha aportado la Multicolor al expediente abierto en el Ministerio de Trabajo, han aparecido elementos nuevos aportados por fuentes con acceso al SIBA, el sistema informático interno del Suteba provincial. Veamos.
¿Afiliados?
Con firma de su apoderado Juan Romero, la Multicolor matancera pidió la exclusión del padrón electoral del Suteba de 162 personas “…que no figuran ni en el padrón de IOMA ni en el PDD de la DGCyE”. La respuesta de la Junta Electoral es tan impune como absurda:
“la información proveniente de bases o listados ajenos a la base de datos afiliatorios de esta organización sindical que la JEP utiliza en el proceso eleccionario en curso no constituyen datos fehacientes ni confiables para acreditar la afiliación ni el correcto empadronamiento electoral: b) la JEP reafirma la eficiencia y fiabilidad de la base de datos de afiliados utilizada en el presente proceso electoral a los fines de verificar la afiliación y determinar el empadronamiento de los electores, la cual se encuentra sistemática y permanentemente actualizada y ha demostrado su solvencia a tales efectos, tanto en el presente proceso como en los precedentes, constituyendo la base excluyente con que cuenta la JEP para tener por acreditadas las condiciones de los afiliados”
Como se ve, amparándose en una especie de prerrogativa que la eximiría de tener que dar explicaciones, la JE celeste no ofrece detalle alguno sobre el cumplimiento de los requisitos que permitirían incluir a estas personas en el padrón. Pero además, según esta respuesta el padrón del Suteba se confecciona sobre la base de datos del Suteba, sin que sea necesario constatar la condición de docente o jubilado docente, requisito excluyente para la afiliación, en la base de datos de la DGCyE o en otra base de datos pertinente. Entonces: ¿qué garantías hay de que personas que no están afiliadas o que directamente no son docentes sean incluidas indebidamente en el padrón sindical? Ninguna. Por el contrario, supone el reconocimiento por parte de la Junta Electoral Celeste del hecho de que el padrón se confecciona en forma completamente arbitraria.

A esto hay que agregar que fueron incluidos en el padrón del Suteba Matanza por lo menos otras 28 personas afiliadas en la Sede central de la calle Piedras, sin que aparezcan registros de su afiliación en una sede seccional. “Perfectamente podrían ni siquiera ser docentes”, nos dice nuestra fuente con acceso al SIBA. “Para mí la maniobra es clara, un ejército de soldaditos que no se noten y que puedas repartir en los distintos padrones según haga falta…«
A esta manera manifiestamente arbitraria de confeccionar el padrón hay que agregar el hecho nunca visto antes de que a los votantes, por expresa indicación de la misma Junta Electoral, no se les pidiera su firma, sino que se consignara al lado del nombre la leyenda “Votó». ¿Para qué? Todavía no sabemos, pero el lector podría ayudarnos con alguna hipótesis. Aunque ninguna que contemple posibilidad alguna de in dubio pro reo en favor de la imparcialidad de la Junta Electoral…
La mesa 8 y una presidenta de Mesa floja de papeles…
Así como la Bola 8 define al ganador legítimo del juego de pool, del mismo modo pero con trampa, Baradel y Espinoza cifran toda su esperanza, a la hora de apropiarse del Suteba Matanza, en que el Ministerio de Trabajo legitime el fraude practicado en la Mesa 8. Su presidenta durante el comicio, la militante de Patria Grande Camila Villafañe, según documentación que nos proporcionara nuestra fuente celeste “descontenta” y con acceso al SIBA, no podría acreditar uno de los requisitos afiliatorios que exige el estatuto del Suteba para ser incorporada al padrón y participar de las elecciones ni siquiera como votante: no habría realizado los 6 meses de aporte sindical consecutivo previos al día de la elección.
Tal hecho alcanzaría para invalidar la Mesa e, incluso, para abrir una investigación sobre la elección en su conjunto, aunque no forma parte de la presentación que la Multicolor realizó en el ministerio de Trabajo porque no contaba con esa información. El plazo para resolver sobre esa presentación, a la que dio curso el Ministerio de Trabajo luego de que la Junta Electoral celeste pegara el faltazo a una audiencia a la que había sido convocada, se está por cumplir.

Pero lo más grave es que tal presidenta de la Mesa 8, designada en esas irregulares condiciones, se llevó la urna abierta al baño en dos oportunidades durante el comicio, a pesar de las protestas de los fiscales Multicolor, que labraron un acta que constata el hecho y que fue incluida dentro de la urna al cierre del acto electoral del 11 de mayo. La propia Villafañe, en un comunicado postelectoral difundido por redes sociales, se defendió diciendo que «Hubo una falta, no un fraude», y la fiscal de mesa Celeste admitió que habían cometido una «equivocación».
La Junta Electoral local, a la hora del escrutinio provisorio, y después de anular otras dos mesas por motivos similares y de común acuerdo con los apoderados de todas las listas, se negó a anular la urna de la Mesa 8 a pesar del acta incorporada por los fiscales de la Multicolor, con lo que se compensó fraudulentamente la derrota Celeste por casi 250 votos en las mesas de las escuelas.
Un intento de legitimar el fraude que se nota mucho…
El jueves 19 de mayo, y mientras los docentes matanceros se movilizaban y presentaban su impugnación en el Ministerio de Trabajo, la Junta Electoral Provincial dio un paso más en la consolidación de la maniobra de fraude mediante una resolución que, paradójicamente, contradecía las resoluciones tomadas por la Junta matancera.
Efectivamente, hubiera resultado una especie de “confesión de parte” refrendar la Mesa 8 y, a la vez, ratificar la decisión local de invalidar las otras dos mesas por razones similares. La Junta Electoral Provincial, presidida por la también matancera abogada Rosa Merlo, se vio entre la espada y la pared, porque de ratificar la validez de la impresentable Mesa 8 dependía la consumación del fraude. Así, validó la Mesa 8, pero también las otras dos mesas anuladas por la Junta local.
La maniobra puede resultar, por lo evidente, torpe, pero: ¿qué alternativa tenía la Celeste sabiendo que, de sostener la anulación de tales mesas, la contradicción sería indisimulable? Por supuesto, de haber contado con garantías totales acerca del trámite en Trabajo, algo que sería lo normal, podría haber actuado con mayor impunidad, pero la interna Alberto- Cristina, por esos días en plena efervescencia, parece que influyó en las decisiones tomadas por la Junta.

Los síntomas de que Baradel no tenía la vaca atada en el ministerio que comanda Claudio Moroni, cuya cabeza fue pedida hace tiempo por Cristina junto a la renunciada de Matías Kulfas y a la pendiente de Martín Guzmán, se remontan al lunes 9 de mayo, cuando el ministerio obligó a la Junta a entregar al apoderado Multicolor Juan Romero el padrón del Suteba Matanza, algo nunca visto antes.
El otro síntoma, según nuestras fuentes celestes “descontentas”, fue el faltazo de la Junta a la audiencia en el ministerio de Trabajo: “De haber tenido garantías, no se hubieran expuesto al costo político de no ir. En Matanza la gente tomó eso como una admisión del fraude”. Además, y como nos dijo en off un funcionario cercano a Moroni, en ese ministerio “…no hay interna, todos están alineados con Alberto contra Cristina, y el faltazo de la Celeste a la audiencia en Callao* cayó muy pero muy mal”.
En cualquier caso, sea cual sea la resolución que adopte el ministerio de Trabajo, la docencia matancera tiene en claro que Baradel hizo fraude en el Suteba Matanza.
* Callao y Mitre, CABA, sede de la Delegación del Ministerio de Trabajo donde se tramita la presentación de la Multicolor.
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