Francia: Macrón y las multinacionales importan combustible ruso para quebrar la huelga de las refinerías

Las importaciones de combustible ruso se han disparado en Francia en las últimas dos semanas para compensar el déficit de producción producido por las huelgas en las refinerías francesas.

Por Rosa Moussaoui para L’ Humanité/

¡Al diablo con las sanciones europeas! Perseguir a los huelguistas no es la única palanca utilizada por el gobierno y las multinacionales petroleras para frustrar la huelga. Con la liberación de parte de los stocks estratégicos, el repunte de las importaciones de gasolinas y diésel de las últimas semanas forma parte de la estrategia general con miras a quebrar el movimiento de lucha por aumentos salariales en las refinerías.

A pesar de la adopción, el 6 de octubre, por parte de la UE- 27, de un octavo bloque de sanciones que prevé, entre otras cosas, la prohibición de importar petróleo ruso a partir del 5 de diciembre y productos petrolíferos refinados del mismo con origen el 5 de febrero de 2023 , Moscú sigue siendo un proveedor líder, a través de los puertos del norte de Europa, en un intento por limitar los efectos de esta crisis social.

En tiempos normales, Francia, que consume 46 millones de toneladas de combustible líquido -es decir, un millón de barriles al día, de los cuales el 75% es gasóleo- ya importa la mitad de este gasóleo, representando los productos rusos el 17% de estas compras.

Estas importaciones aumentaron un 40% durante la semana del 2 de octubre, según datos recopilados por Vortexa, una firma londinense especializada en análisis de mercados energéticos. La Unión Francesa de Industrias del Petróleo (Ufip), que estimó el miércoles, en las columnas del diario económico Les Echos, en un 50 % el aumento de importaciones de combustibles, incluido entre un 25 y un 30 % para el gasóleo, dio marcha atrás, alegando no tener datos para el momento al tratarse de cifras aduaneras consolidadas, y prefiere hablar de un «aumento importante de las importaciones» capaz de «compensar el déficit de producción» vinculado a la huelga en las refinerías.

Todavía firmemente anclada a sus intereses rusos, TotalEnergies, cuando se le pregunta por este repunte de las importaciones de combustibles, refiere a la Ufip «que sigue estos datos a diario», y afirma «haber renunciado desde el 25 de febrero de 2022 a cualquier operación comercial en los mercados al contado» para el petróleo o los productos derivados del petróleo rusos” .

La multinacional también asegura que “ya no celebra ni renueva contratos para la compra de petróleo y productos petrolíferos rusos, con el fin de detener todas las compras (…) lo antes posible”. Aunque argumentó que el plazo “del 5 de diciembre se refiere a las importaciones de crudo por barco y no por oleoducto”.

“Las capacidades de refinación en Francia no son suficientes para satisfacer la demanda interna. Estamos por debajo de la capacidad. De ahí estas importaciones de productos refinados del petróleo que ya están experimentando picos cuando las refinerías están en funcionamiento degradado por razones de mantenimiento o en situaciones de huelga como ocurre actualmente”, resume por su parte Emmanuel Lépinem, secretario general de la Federación Nacional de Industrias Químicas (Fnic- CGT), quien señala “la incoherencia y la hipocresía” de esta estrategia en el contexto de una política de sanciones europeas contra Rusia.

Estas importaciones, admite, efectivamente atenúan los efectos de la huelga «en la medida en que los depósitos portuarios aún no han entrado en huelga, a excepción de Dunkerque». Pero, advierte este dirigente sindical, en otros sitios podrían seguir las requisas de huelguistas anunciadas por el gobierno.

A más largo plazo, incluso después de la entrada en vigor de la prohibición europea de importar productos petrolíferos rusos, Moscú no debería encontrar ninguna dificultad para vender su oro negro en el Viejo Continente. Ya existe toda una red offshore de logística en alta mar, respaldada por armadores griegos, para eludir las sanciones mediante transferencias de barco a barco. Y las exportaciones rusas se redireccionan, entre otros, a China e India.

Allí, en el estado de Gujarat, en Jamnagar, la refinería más grande del mundo, operada por Reliance Industries Limited, ya ha multiplicado por diez su suministro de crudo ruso. Con el sello «Hecho en India», sus productos refinados se envían… a Europa.

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