Marcelo Mache: “Mariano luchaba por la sociedad socialista”

Amigo y compañero de militancia de Mariano Ferreyra, Marcelo Mache compartió con él la jornada de su cobarde asesinato a manos de una patota sindical. El movimiento popular que siguió a aquel crimen político logró llevar a la cárcel al burócrata sindical de la Unión Ferroviaria José Pedraza, pero los responsables políticos nunca fueron siquiera acusados. A diez años, Mariano se ha convertido en un ejemplo, según Marcelo, imposible de “estatizar”.

Por Luis Brunetto/

Estación Finlandia: ¿Cómo conociste a Mariano? ¿Cómo era él, cómo persona y como militante? ¿Cómo lo describirías?

Marcelo Mache: Yo me incorporé en el 2007 al Partido Obrero en la UJS de Lanús, y él ya estaba en Avellaneda. Él ya tenía una militancia desde hacía tiempo, había organizado el centro de estudiantes de su escuela, el Simón Bolívar de Sarandí. Pero era justamente una época de gran avance del kirchnerismo, y toda una camada de militantes sufría un retroceso, y la juventud de Avellaneda había quedado un poco desgranada. El compañero con el que se había formado Mariano se había ido a militar a otro lugar, y entonces él estaba sólo con su alma y dos compañeritos más que eran nuevos, y yo me incorporaba en Lanús, pero era yo y otro compañero más. Entonces como las actividades en general eran comunes, nos fuimos conociendo en la militancia, actividades en Constitución, una asamblea, una volanteada. Entre los pocos que éramos entonces fuimos curtiendo una amistad en la medida que uno que milita en una organización política se incorpora de lleno, pasás mucho tiempo con los compañeros, y especialmente con Mariano fuimos armando un vínculo así. Y él podía parecer muy tímido, o ensimismado, pero eso era como una especie de portón que si uno lo cruzaba se establecía una gran confianza. En realidad, de tímido no tenía nada, porque pasaba por cursos en el CBC, era muy audaz, mucha tareas en barrios o en fábricas tenía que hacerlas solo, y las hacía sin ningún problema. No es que se apichonaba con las tareas que le tocaban como militante, sino al contrario. Y en cuanto a la amistad, cuando se abría se abría totalmente, y mostraba los intereses que tenía más allá de la militancia. A él le interesaba mucho el arte, había estudiado teatro. El me introdujo por ejemplo en el amor a Monty Python, y siempre hablábamos como guionar algo así en la política argentina, y le encantaba el cine. Y por ejemplo tenía un acordeón, y estaba aprendiendo a tocar, pero que no es un instrumento que uno se compraría para aprender a tocar algo, uno empezaría por una guitarra o una batería. Y tenía un gran humor negro, provocador, que daba lugar a conversaciones realmente delirantes que teníamos.

Mariano y Marcelo

EF: El asesinato de Mariano se produce en el contexto del nacimiento de La Cámpora, y de un gran acercamiento de muchos jóvenes al kirchnerismo: ¿Por qué ustedes se acercaron a la izquierda, en este caso al PO, que era lo que no los convencía del kirchnerismo?

MM: Bueno el ya militaba en el PO desde antes, el formaba parte de la juventud que curtió los efectos del argentinazo cuando tenía entre 12 y 15 años, y que despertó un gran interés político, y que se incorporó en su gran mayoría a partidos y organizaciones revolucionarias. Las lecciones que dejó ese proceso marcaron una gran desconfianza en los partidos del régimen, el peronismo, los radicales, y la juventud empezó a buscar otras salidas, que confluían con las organizaciones de izquierda, que ya venían con una tradición de lucha desde antes. Creo que Mariano  es hijo de ese proceso, y creo que hay una gran camada de compañeros que se incorporan a la militancia después del asesinato de Mariano. Fue importante el aluvión de militantes jóvenes que ven en Mariano un ejemplo a seguir, porque en un punto reunía todas las características del militante revolucionario: Honesto, con vocación, incuestionable, e incorruptible. Porque nadie le puede cuestionar a la izquierda que tranza, que arregla, que esconde trapos sucios. Al contrario, a la izquierda siempre se le reprocha lo contrario, se la tilda de idealista, de rígida, de principista. Entonces es como que en Mariano se sintetizan todas esas características, pero no sólo los ideales de la militancia revolucionaria, sino también la juventud que le pone el cuerpo a las cosas, y que va al frente. Y en ese sentido, La Cámpora expresaba todo lo contrario: Una juventud estatizada, una organización nacida desde arriba, con estructura y aparato, con dirigentes con altos sueldos en el estado, más allá de la militancia de base que también es una militancia idealista, que pone entusiasmo y voluntad, pero su dirección es todo lo contrario a lo que uno conoce como una militancia revolucionaria, que lucha siempre con mucho esmero, sin recursos, contra la marea, desde abajo. Acá entonces surgía una juventud medio creada por el propio aparato del estado. Entonces la muerte de Mariano, y todo lo que estaba detrás, los vínculos del crimen con los empresarios, con el estado y con la propia burocracia sindical, empujaron otra vez a todo un sector a acercarse a la izquierda.

EF: Los responsables materiales del asesinato fueron  finalmente encarcelados. Sin embargo, hubo responsabilidades políticas cómo la del entonces ministro Tomada que nunca fueron juzgadas, aun cuando existió aquella llamada telefónica con Pedraza…

MM: Bueno el fallo por un lado fue un triunfo histórico, porque no hay antecedentes de que un burócrata sindical como José Pedraza, un gordo de la CGT, pague por las responsabilidades políticas del crimen cometido. La regla al contrario es la impunidad, y la excepción es la justicia, y es muy difícil establecer la responsabilidad intelectual, porque la justicia tiene una cantidad de mecanismos para cortar el hilo en un determinado lugar, y que vayan dos o tres culpables materiales, los más bajos de la cadena, y salvar a los elementos más importantes. Esto es un mecanismo de defensa del propio régimen social, porque imagínate que fueran presos los burócratas sindicales que cometen crímenes como estos, o todos los policías que matan por gatillo fácil, los funcionario públicos o los jueces mismos, el régimen no podría funcionar, necesita de la impunidad para poder subsistir. Entonces el fallo tenía como estos dos elementos, este sentido histórico de todo un movimiento popular que había logrado la condena a Pedraza, pero también que se había cortado el hilo de las responsabilidades en los puntos que comprometían al gobierno de Cristina Kirchner. Nosotros decíamos que fue un fallo “quirúrgico”, no sólo porque quedó afuera Tomada a pesar de las escuchas en que le daba consejos a Pedraza de cómo moverse frente al asesinato de Mariano, sino también Aníbal Fernández, que fue responsable de  la liberación de la zona, o Juan Pablo Schiavi, que era el secretario de Transporte, y que era el tipo por el que pasaba todo el negocio de las tercerizadas, que punteaba todo con las empresas concesionarias del ferrocarril de UGOFE y la  burocracia sindical de la Verde, y que después fue responsable de la Masacre de Once. Pero, imagínense si dejaban caer a Tomada, Schiavi, y Aníbal, para el régimen era como cortarse un brazo.

EF: ¿Qué sentiste cuando escuchaste aquella frase de Máximo Kirchner «La bala que mató a Mariano rozó el corazón de Néstor»? ¿Hubo un intento desde el kirchnerismo de usar políticamente el asesinato de Mariano?

MM: Poco antes del asesinato de Mariano, en un acto Cristina dijo que Pedraza representaba el “sindicalismo constructivo”, en oposición al sindicalismo combativo, que era el que defendía Mariano. Pero frente al crimen la actitud del gobierno fue variando. Primero responsabilizaron a la izquierda, al propio Mariano, tratando de colocar la idea de que había estado ahí sin comprender de qué se trataba su lucha, empujado por algún dirigente, lo que significaba sabotear el contenido de la lucha de Mariano. Una manera de esconder el papel de la burocracia sindical, de tapar que el hecho era el resultado de una acción de una patota sindical que defendía el negocio de los empresarios, y de mostrar que el problema era la izquierda que había metido sus narices dónde no le correspondía, y había buscado un muerto. Luego, fue hilando esto que dice la frase que vos decís, que tiene algo de verdad y algo de mentira. Uno puede pensar perfectamente que algún efecto tuvo. Uno puede decir: “Bueno, se angustió, efectivamente lo sensibilizó, le pareció algo inconcebible”. Yo no creo que sea tan así, sino que más bien creo que tuvo un efecto como producto  de la crisis política que representaba esa muerte para un gobierno que trataba de mostrarse como el campeón de los derechos humanos, y que aparecía del lado de los asesinos. En ese sentido, seguramente que la situación impactó en la salud de Néstor, pero no en el sentido de que se solidarizaran él o Cristina con la lucha de Mariano. De hecho, los actos inmediatos fueron los de perseguir a los compañeros de Mariano, y para el pase a planta permanente se tuvo que ir a un nuevo corte de vías el 23 de diciembre, dónde la burocracia montó una provocación en Constitución de la que el gobierno en seguida salió a culpar al PO, en boca de la ministra Nilda Garré y detuvieron a dos compañeros nuestros y dictaron orden de captura contra otros dos. Horacio Verbitsky salió a responsabilizar en una nota a los compañeros de Mariano y al propio Mariano por haber estado en las vías el 20 de octubre, y no le querían soltar la mano a Pedraza. El gobierno fue zigzagueando: Primero fue al ataque, hasta que midió que el ánimo popular rechazaba el cuestionamiento de la imagen de Mariano y rechazaba la impunidad. Ahí empezaron a variar la política, e intentaron convertir a Mariano en una víctima más, aséptica, vaciando de contenido su lucha, tratando de estatizar su imagen, pero cualquiera que conociera a Mariano sabe que eso es incompatible con lo que él era. Porque Mariano no sólo luchaba contra la precarización laboral, el pase a planta, sino contra el régimen social de explotación del hombre por el hombre. Mariano luchaba por la destrucción de la sociedad capitalista y por la sociedad socialista.  

EF: Hoy como dirigente del Polo Obrero estás interviniendo en luchas que enfrentan aumentadas, las mismas injusticias contra las que luchaban junto a Mariano, como el trabajo en negro superexplotado, la desocupación que no para de crecer, y ahora la explosión del problema de la tierra y la vivienda, cuyo símbolo es la Recuperación de Tierras de Guernica: ¿Hay solución de fondo a alguno de esos problemas bajo el capitalismo?

MM: Lo de Guernica creo que vuelve a plantear el mismo problema que se le planteó a Mariano, porque vuelve a colocar de un lado a los que defienden un negocio en el que juegan jugadores similares, y Mariano estaría del otro lado. Y lo que origina la lucha es un derecho que se niega, en este caso el derecho a la tierra y la vivienda y en aquel el del pase a planta permanente de los tercerizados ferroviarios. Y lo mismo vale con los funcionarios, porque en ese tiempo también Tomada les daba audiencias larguísimas a los tercerizados, que  no conducían a nada, negociaciones truchas, el mismo papel que juega Larroque, que dice “armamos una mesa para negociar” y la negociación es nada, es ver como hacen para que los vecinos firmen papeles y se vayan de las tierras sin que les den nada a cambio. Y lo mismo con la represión, porque antes era Aníbal Fernández, y ahora tenemos a Sergio Berni que se muere de ganas de convertirse en un desalojador serial e ir a reprimir a las miles de familias de Guernica. Por eso digo que la imagen de Mariano no puede ser estatizada, por más que quieran, si a Mariano lo reivindica la izquierda pero también lo levanta el kirchnerismo: ¿Qué estaría con Larroque, con Berni, convenciendo a la gente de que se vaya? ¡No! ¡De ninguna manera! Estaría con las familias, poniendo el cuerpo como la juventud del PO, como el Polo Obrero y las organizaciones sociales y de izquierda que están todos los días con las familias de Guernica, incluso en los días en que está planteada la represión y el desalojo. Pero el derecho a la vivienda es imposible de satisfacer en la sociedad capitalista, porque si el gobierno hace un banco de tierras fiscales y ociosas para entregar a bajo costo a las familias sin vivienda, les sabotea el negocio a las inmobiliarias, y ese es el problema. Tiene que optar entre los negocios inmobiliarios, los desarrolladores de countrys como El Bellaco o las familias pobres. Y si entrega el predio de Guernica: ¿Por qué no hace lo mismo con los 4 millones de personas sin vivienda que hay en el país? Para eso tiene que ir a una reorientación completa, romper con el FMI, reactivar la obra pública, crear fuentes de trabajo. Es decir que lo que Guernica muestra es que lo que está cuestionado de fondo es el régimen social. La tierra hay que conquistarla porque es la necesidad imperiosa de las familias que están peleando, pero este régimen social se muestra completamente incompatible con la satisfacción de ese derecho.

EF: ¿Qué lecciones deja a la clase trabajadora y especialmente a la juventud de hoy el ejemplo de Mariano?

MM: Mirá, la precarización laboral antes se concentraba en sectores como los ferroviarios, el comercio, la construcción. Hoy es prácticamente la regla, extendida por todas estas actividades como las de reparto, los Rappi, los Glovo, que ni siquiera tienen una patronal a la que reclamarle porque esas patronales se desentienden, y el gobierno se los permite, las fast food, Burger King, Wendys. La gran mayoría de la juventud trabajadora ha sido arrojada a condiciones de ultra explotación. Creo que el ejemplo de Mariano deja la lección de que esa juventud se debe organizar de manera alternativa a la política burguesa, a los partidos del régimen, que tiene que luchar por el desarrollo del sindicalismo clasista, del movimiento estudiantil, de las organizaciones barriales, cada uno en el lugar que le toca, pero uniendo todas esas luchas en una dirección política común, para terminar con  este régimen social y sentar las bases de un régimen dirigido por los trabajadores. Mariano luchaba por eso, y no era un militante de pico, de palabra: “Mirá tenemos que luchar por esto pero el día que vayas a pelear yo no voy a estar ahí”. No, todo lo contrario, Mariano siempre iba a estar ahí con vos.

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