El quinto Paro Internacional de Mujeres se desarrolla en la Argentina en el marco de una situación de emergencia. Las cifras de femicidios de 2021 son alarmantes: casi sesenta en lo que va de enero, febrero y marzo, seis años después del primer Ni Una Menos, aquella gigantesca movilización que reclamó al estado acciones políticas concretas para frenar la ola de femicidios. Nada parece haber cambiado desde entonces.
Sobre este y otros reclamos girarán las consignas de la movilización que este lunes acompañará la huelga feminista, la primera luego de haber conquistado el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) legal y gratuita, que aún plantea sus desafíos de implementación. Melania Buero, integrante del colectivo Actrices Argentinas y militante del Partido Obrero, dialogó con Estación Finlandia sobre las responsabilidades del estado en general y del gobierno nacional en particular ante esta situación de emergencia.
Por Redacción/
Estación Finlandia: ¿Cómo impacto la pandemia en la situación de las mujeres? Parecen haberse multiplicado los femicidios, y muchísimas otras situaciones de dimensión trágica…
Melania Buero: Estamos llegando en el año a los sesenta femicidios, sin contar los travesticidios y muchísimos otros que serán ignorados por las cifras oficiales. La pandemia puso de manifiesto la situación alarmante que viven las mujeres, no solo en Argentina sino en todo el mundo. La opresión se encuentra totalmente marcada en un sistema que, al descomponerse en su totalidad, quienes terminan pagando el pato de la boda son las mujeres y les niñes. Muchísimas organizaciones han señalado que esto se daría así a partir de la pandemia, se ha caracterizado la situación: se agudiza todo. Así como se ve agudizada la pobreza, las diferencias sociales, el acceso a la salud, podemos ver totalmente agudizada la situación de violencia de género y como muchas mujeres necesitan la intervención inmediata del Estado para salvar su vida directamente.
EF: ¿Cómo pegó la pandemia en la realidad económica de las mujeres?
MB: La mujer en la cuarentena se encuentra doblemente ocupada, con sus niños, con los quehaceres domésticos, con los cuidados de mayores y enfermos, recaen muchísimas más responsabilidades sobre las mujeres y se encuentran mucho más explotadas como sujetos sociales, por lo que se constituye como un sujeto de muchísima relevancia: no sé cuánto más puede aguantar con el rol que ocupa en esta sociedad. En las primeras líneas de lucha se encuentran las mujeres. La lucha por el agua, por los recursos naturales, contra la explotación, el aborto, en cualquier lucha de Argentina la primera línea está conformada por mujeres.
EF: ¿Cuál es la responsabilidad del Estado en este contexto?
MB: De total responsabilidad, absoluta. Como resultado de la lucha de la marea verde se ha conquistado no solamente el aborto legal, sino que también se creo un Ministerio de Mujeres que supuestamente iba a resolver estas situaciones, pero se ha dedicado al organizar charlas, y si bien se han votado todas las emergencias que se te ocurran, no se ha votado la emergencia por violencia de género que es más que evidente que no se trata de gritos de locas pidiéndolo sino de una caracterización muy correcta de la situación que se vive. El Estado es responsable porque debería estar previendo cómo llegar a este conjunto de mujeres que están entregando la vida de manera alarmante.
EF: ¿Y que balance hacés entonces de la actuación del Ministerio de Mujeres ante esta emergencia?
MB: Todas las muertes que venimos viendo interpelan al Ministerio y a sus responsables. Hubo miles de advertencias sobre la profundización de la violencia intrafamiliar en la pandemia y lo único que el Gobierno realizó hasta el momento es el proyecto del aborto legal, elaborado a espaldas del movimiento de mujeres, y no hay ni un peso más de presupuesto para la intervención sobre la situación de violencia. Lo único que hacen es organizar charlas que parecen apuntar más a la cooptación de referentes del movimiento de mujeres que a la resolución de la siruación apremiante que se está atravesando a nivel nacional, sobre todo para las mujeres más pobres. Hay una intención del Gobierno de cooptar al movimiento de mujeres y no de resolver sus conflictos más concretos y reales.
EF: ¿Y el de Justicia?
MB: No hace siquiera un mapeo de los hombres que tienen perimetrales, con eso te digo todo. Ni genera dispositivos para que haya contención social y psicológica para las mujeres. Ni contar que los botones antipánico se quedan sin wi-fi, sin satélite, y eso cuesta la vida de mujeres. Mientras se extendía el repudio por el femicidio de Úrsula, Kicillof y Berni estaban premiando a la bonaerense, la fuerza que integraba su asesino, con más patrulleros. Es evidente que los gobiernos, el Estado y la policía son responsables.
EF: ¿Cuáles son los reclamos concretos ante esta inacción?
MB: Además de la declaración de emergencia, pedimos que se cree un consejo autónomo de mujeres, con presupuesto otorgado por el parlamento, pero con una dirección elegida por las propias mujeres, en defensa de la independencia del movimiento y este gran desarrollo que han tenido las organizaciones de mujeres en Argentina, que han crecido al calor de la lucha por el aborto legal. Pedimos un consejo donde se pueda avanzar para discutir medidas de emergencia, pero sin injerencia de los gobiernos, cualquiera fuera su color político.
EF: Este es el primer 8M después de haber conquistado la legalización del aborto…
MB: Sí, pero seguimos luchando por la implementación de la ley, hubo intervenciones judiciales en muchas provincias y estamos poniendo el cuerpo para que haya acceso. Seguimos por la implementación inmediata de la ESI laica y científica, por la anticoncepción gratuita, y por supuesto por la separación de la Iglesia del Estado como principal reivindicación necesaria para la continuidad de nuestras conquistas.
—