«Santucho y la Revolución Cubana» por Daniel De Santis

45 años de la caída en combate y posterior desaparición de Mario Santucho, líder del PRT- ERP. Inaugurando una semana dedicada por Estación Finlandia a su memoria, a su pensamiento y su acción, y en el contexto de los gravísimos sucesos producidos en Cuba a partir del 11 de julio, la visión de Daniel De Santis acerca de la relación entre el jefe revolucionario argentino y el proceso socialista cubano.

Por Daniel De Santis para Estación Finlandia/

En el segundo lustro de la década de 1950, Mario Roberto Santucho era un activo militante universitario que con el MIECE, en julio del 59, ganó el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Económica de Tucumán. En su búsqueda de una nueva izquierda que superara el reformismo y el eurocentrismo se orientaba con José Carlos Mariátegui hacia el marxismo latinoamericano y, aun antes del triunfo revolucionario, crecía en él su identificación con la orientación política del Movimiento 26 de Julio. En carta a un profesor norteamericano que lo invitó a Estados Unidos y le permitiría vincularse con los militantes del movimiento rebelde, afirmaba, “Cuba lo prueba más que nadie antes: ahora si ha comenzado la verdadera historia de nuestros pueblos oprimidos del continente”.

El viaje se concretará dos años después, ya casado con Ana María Villarreal*. Llegaron a casa de su amigo el profesor Roland Ely, en Princenton, Estados Unidos, y luego fueron a Cuba. Estando en la Isla de la Libertad tuvo oportunidad de asistir a la proclamación del carácter socialista de la revolución por Fidel Castro el 16 de abril de 1961, en la víspera de la invasión mercenaria en Bahía de Cochinos y la rendición en Playa Girón el día 19. Esta experiencia lo marcó a fuego reafirmando sus convicciones socialistas y de apoyo a la Revolución Cubana. Orientaciones que serían parte del programa del Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP) y, posteriormente, del Partido Revolucionario de los Trabajadores.

En el Documento del IV Congreso del PRT de 1968, que sesionó bajo la presidencia honoraria del Che Guevara, a un amplio análisis de la política de la Revolución Cubana, Santucho lo iniciaba con estas afirmaciones: “El castrismo (…) desde hace años ha venido desarrollando una clara estrategia mundial y continental para la lucha revolucionaria”, y aclaraba “no hacemos distinción alguna entre castrismo y guevarismo, porque la distinción es falsa”. Mientras terminaba polemizando con el reformismo así: “de todos sus elementos (de su estrategia) el menos importante, el que tiene carácter más táctico, es la teoría de la construcción del ejército a partir del foco”.

Finalizado el Congreso un grupo de dirigente del PRT viajó a Cuba a realizar instrucción militar, entre ellos estaban Santucho, Luis Pujals, el Negrito Fernández y el Indio Pedro Bonet, con quién último participaron de las barricadas del Mayo Francés en París. Cuba dio entrenamiento a grupos de revolucionarios desde el triunfo mismo de la Revolución hasta 1986. Desde el primer contingente del ’68 hasta 1982 pasaron alrededor de 100 militantes del PRT por las escuelas de instrucción cubanas. El V Congreso de 1970 que fundó al ERP reafirmaba que el Partido Comunista cubano y otros partidos comunistas y obreros son las corrientes que llevan adelante una línea revolucionaria.

Cuando ganó las elecciones el peronismo en 1973, Santucho le envió una carta a Fidel Castro en la que le manifestaba que el gobierno hegemonizado por el peronismo burgués y burocrático tendría un carácter contrarrevolucionario e inistía en arrancar de esa influencia al peronismo obrero y revolucionario. Fidel, que no veía el problema de la misma manera, no contestó esa carta en lo que interpretamos como una intención de resolver las diferencias por medio de la práctica, como posteriormente quedó demostrado. En la reunión del Comité Central de julio del 75, Santucho minimizó esa diferencia táctica afirmando que debíamos considerar a Cuba la vanguardia de la revolución y, como escribirá después, como nuestro hermano mayor.

En el periódico El Combatiente del 21 de enero de 1976 Santucho editorializaba: “El primer Congreso del Partido Comunista cubano (…) mostró al mundo un partido proletario maduro, consolidado, consciente de sus enormes responsabilidades revolucionarias nacionales e internacionales y dotado de [un] vigoroso espíritu internacionalista y revolucionario”. Y continuaba: «Un partido», continuaba Santucho, “enraizado en la masa que se nutre y a la vez alimenta el extraordinario espíritu combativo y revolucionario de la clase obrera y el pueblo cubano, un partido patriota, orgulloso cultor de las gloriosas tradiciones nacionales”.

Resaltaba que “La masa de los candidatos al Partido surgidos de los centros de trabajo es la vanguardia sobre la que el Partido se vuelca a captar los nuevos compañeros” que podían sostener “el signo glorioso de la desinteresada contribución de sangre que el pueblo cubano está aportando al pueblo angoleño en su lucha contra la intervención imperialista”. Santucho llamaba al PC cubano, “hermano mayor de las fuerzas revolucionarias latinoamericanas” y con sinceras palabras asumía nuestro compromiso: “los revolucionarios argentinos redoblaremos nuestra dedicación combativa, intensificaremos el esfuerzo revolucionario por derrotar al enemigo burgués imperialista y conquistar para nuestro pueblo el mismo futuro de felicidad colectiva que vive en el socialismo el heroico pueblo cubano”.

Dejamos así establecida junto con Santucho nuestra irrenunciable defensa de la Revolución Cubana primera y principal trinchera ante el avance del imperialismo en nuestra América que se apresta a redoblar sus esfuerzos para derrotar al imperialismo yanky.

* «Sayo», primera esposa de Mario Santucho, fusilada en Trelew el 22 de agosto de 1972, luego de la fuga del Penal de Rawson, en la que Santucho consiguió escapar del país para exiliarse primero en el Chile de Allende y finalmente en Cuba.

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