Juan Romero es Profesor de Educación Física, dirigente del SUTEBA Matanza, militante del Partido Obrero y concejal electo por el FIT- U en la «capital nacional del peronismo». Un diálogo con Estación Finlandia especialmente orientado a analizar la profundidad y la masividad del desplazamiento hacia la izquierda que se opera en el seno de la clase trabajadora. El papel del Polo Obrero y el desafío de ganar a las masas para la causa del socialismo.
Por Redacción/
Estación Finlandia: ¿Cómo evaluás el resultado de estas elecciones?
Juan Romero: En primer lugar una derrota significativa del gobierno en todos los órdenes, en el orden nacional y en la provincia de Buenos Aires, que aunque al final haya sido por un margen estrecho es una derrota muy dura porque con todo el peronismo unido no pudo ganar. En La Matanza sufrió un retroceso de 20 puntos prácticamente, que coloca también un serio cuestionamiento al propio Fernando Espinosa, que se había postulado como candidato testimonial en un intento de ratificación de su figura y de su autoridad política, y creo que salió muy golpeado.
EF: ¿Qué significado político encierra el acceso de la izquierda a los Concejos Deliberantes en varios distritos obreros del conurbano?
JR: El Frente de Izquierda hizo una muy importante elección nacional y provincial, y una elección histórica en La Matanza y varios distritos del conurbano, donde sacamos prácticamente 10 %. El hecho de que la izquierda clasista alcance esos porcentajes en estos distritos creo que encierra un significado político muy profundo: no te olvides que el peronismo se jacta de que La Matanza es su «capital nacional». Es evidente que hay un sector de las masas trabajadoras que está operando un giro político, y ese giro si bien no se circunscribe a lo electoral, tuvo una expresión electoral muy contundente en estos comicios. Fue en las localidades más humildes del distrito donce tuvimos los mejores registros, ahí superamos el 10 %. Ya en la propia campaña fuimos notando una dinámica que anunciaba este resultado, porque la campaña del Frente de Izquierda se fue volviendo una «campaña popular».
EF: En la campaña matancera, y en la del FIT- U en general, fue decisivo el protagonismo del Polo: ¿Hasta que punto eso indica un desplazamiento hacia la izquierda en los sectores más pobres de la clase trabajadora, en detrimento del control punteril del peronismo? ¿Cómo se avanza en la politización de esos contingentes de compañeros?
JR: Es que la gente hizo suya la campaña porque somos los que tomamos los reclamos por tierra y vivienda, por trabajo, contra el hambre, por el problema de los salarios de pobreza, aún en aquellos sectores que están en blanco, cómo son los trabajadores de la salud y de la educación. Todo eso hizo que la campaña se volviera popular, y claro, eso opera sobre la base de una ruptura de sectores de la clase obrera con el peronismo que está en curso y desenvolviéndose. La politización de los contingentes de compañeros del Polo por supuesto que refuerza ese proceso y es fundamental. Por eso durante la campaña el partido organizó una serie de cursos de formación política que proponen ligar la lucha cotidiana contra el hambre y la desocupación, por la subsistencia de las familias obreras, con la comprensión de que la resolución definitiva de esos problemas dependen de la perspectiva del gobierno de los trabajadores. Este es un gran desafío por la masividad del Polo, e implica un enorme esfuerzo del partido y su militancia. Pero eso se combina con la experiencia política de todos los días, de enfrentar el plan de ajuste y de la necesidad de construir una organización de clase y de combate, el partido. La tarea de la politización de los compañeros depende de la combinación de estos dos elementos, la lucha concreta y la formación política.
EF: El Polo de Matanza está llevando adelante, independientemente de la campaña electoral, un plan de lucha por reivindicaciones surgidas de grandes asambleas barriales: ¿Cómo continúa ese plan de lucha luego de las elecciones?
JR: Ahora el Polo a nivel nacional está haciendo asambleas y reuniones porque el gobierno sigue con la política de ajuste. Acá, específicamente en Matanza, movilizamos 9 mil compañeros al municipio y vamos a seguir desarrollando asambleas que sigan levantando los reclamos de las barriadas y acompañando ese proceso de movilización que se expresa en la incorporación de sectores y compañeros a la lucha por los reclamos de los barrios. Pero a eso le vamos a sumar que tendremos como caja de resonancia nuestra bancada en el CD, y que va a ser la voz de esa movilización dentro del Concejo. Es decir que al proceso de movilización que veníamos desenvolviendo le vamos a sumar esta autoridad política que han conquistado el Partido Obrero, el Frente de Izquierda y por supuesto el Polo.
EF: Ese acceso de militantes de izquierda a varios CD del conurbano es un hecho inédito: ¿Qué consecuencias políticas tiene? ¿Cómo piensan desde el PO y desde el Frente la intervención en los concejos?
JR: Primero que nada, asegura que la voz de los trabajadores se va a hacer oir en un recinto que está dominado por el aparato del PJ o de Juntos por el Cambio, y eso ya en sí mismo es un hecho político. Segundo, así como opera sobre la base un proceso de ruptura más profundo con el peronismo, también lo estimula y lo refuerza. Por supuesto, será parte de una lucha política que los concejos jueguen ese papel de caja de resonancia de los reclamos los trabajadores, empezando por hacer que sesionen. El CD de La Matanza está prácticamente cerrado todo el año, Nuestra tarea tiene que ser luchar por convertirlos en un espacio al que los trabajadores pueden ingresar para llevar sus reclamos y sus planteamientos.
EF: En las generales Espert finalmente desplazó del tercer lugar a la izquierda en la provincia. Algunos atribuyen su salto final a la capitalización del descontento por la inseguridad y específicamente al caso del asesinato de Roberto Sabo en Ramos Mejía. Sin embargo, ni en La Matanza, donde ocurrió ese crimen, ni en la Tercera pudo desplazar a la izquierda: ¿Cómo lo explicás?
JR: Me parece que Espert tiene el resultado electoral que tiene producto del desencanto fundamentalmente con Juntos por el Cambio. El crece muy a expensas de Juntos por el Cambio, que aunque ganó la elección por un punto sufre un retroceso muy importante respecto a 2019, del mismo modo que retocede el peronismo aunque con mayor profundidad. A expensas de ese retroceso creo que Espert puede hacer una elección como la que hizo. Me parece que explota por la descomposición social, que tiene como responsables a Juntos por el cambio y al peronismo, pero paradójicamente también a la política que defiende Espert, que centralmente tiene que ver con quitar derechos a los trabajadores, la reforma laboral, medidas que no atacan en ningún caso las causas del problema de la seguridad sino que incluso lo agravarían, y del que él ha hecho un eje de su campaña. En ningún caso se va a resolver el problema del delito con una salida represiva y atacando las conquistas de los trabajadores, sino atacando a las mafias enquistadas en la bonaerense, en el poder judicial, en la convivencia con el poder político del cual es parte Espert que, no olvidemos, apoyó a Larreta en CABA en 2019 y quiso participar de las PASO de Juntos por el Cambio y, por encima de todo, hablando de inseguridad, todavía no explicó que vínculos lo unen al narco preso Fred Machado, que le habría financiado la campaña presidencial de 2019.
EF: ¿Y qué perspectivas le ves a esas corrientes filofascistas? ¿Cómo se las frena?
JR: Veremos, pero lo más probable es que terminen en algún tipo de armado con el macrismo o con alguna variante de esta derecha que está alrededor de Juntos por el Cambio. Sin embargo el abordaje nuestro tiene que ser de un enfrentamiento frontal, porque son expresiones fascitizantes, y de una polémica política porque hay sectores de trabajadores que, disconformes con el gobierno peronista y con el macrismo, pueden tener ciertas expectativas en el discurso demagógico que plantean Espert o Milei. Tenemos que ir a una polémica política y dar una disputa para que la salida de sectores de trabajadores en función de un giro político se de hacia la izquierda y no hacia una derecha que aparte es gobierno en Brasil, fue gobierno en Estados Unidos y en otros lugares y no hace más que agudizar la pauperización de los trabajadores, e incluso reforzar el carácter fascistizante y represivo del Estado capitalista en los lugares que gobierna.
EF: ¿Cuál es la situación del sistema educativo en general y particularmente en Matanza?
JR: En la provincia de Buenos Aires está en una crisis brutal, que se agudizó en el marco de la pandemia, tanto en cuanto a las condiciones de trabajo como a las edilicias. Hay un cuadro de abandono que viene desde la época del gobierno de Scioli, se profundizó con Vidal y en dos años de gobierno Kiciloff no se ha revertido, no ha habido prácticamente nada de inversión, excepto algunas obras y reparaciones menores. En Matanza, como en muchos municipios, ha habido un desvío de las partidas del Fondo Educativo, por lo tanto ni siquiera los fondos que por ley tienen que aplicar los han aplicado para mejor la situación. Eso en el contexto de una suba de matrícula exponencial en el sistema estatal, producto de la crisis social. En el caso de La Matanza la matrícula creció en más de 15 mil alumnos durante la pandemia. Eso agrava la situación de hacinamiento muy marcada en el tercer cordón del distrito, y por lo tanto en marzo del año que viene los chicos en Virrey del Pino, González Catán, en algunas zonas de Villa Celina van a tener que seguir turnándose en burbujas, pero ya no a causa de la pandemia, sino porque simplemente no van a caber en las escuelas. En términos salariales hemos tenido una caída sostenida del salario docente en los últimos 6 años, como el resto de los trabajadores, la paritaria de este año estuvo otra vez abajo de la inflación y con una escalada que no para y se va comiendo el poder adquisitivo de los salarios. Además hay un avance de la precarización laboral con todos los planes que se han implementado en los últimos dos años con la anuencia y el acompañamiento entusiasta de la burocracia de Baradel y de la Lista Celeste.
EF: Van a elecciones gremiales en los próximos meses…
JR: No está la fecha pero la elección de Suteba va a ser en los primeros meses del año que viene. Este 24 de noviembre tenemos un instancia importante, en las asambleas distritales, en las que se elige la Junta Electoral y se decide la Política Gremial, que se llevan al congreso provincial el 25. Estas asambleas van a poner en discusión dos políticas: la política que defendemos desde la Multicolor, que ha luchado en forma consecuente contra todos los gobiernos desde que hemos conquistado las seccionales en el 2013, y que ha enfrentado a Scioli, a la derecha de Vidal y ahora está enfrentando el ajuste de este gobierno; y la política de la Celeste que tiene un nivel de asimilación al gobierno nunca visto. Nosotros en cambio nos apoyamos en la premisa de la independencia política del sindicato respecto a los gobiernos patronales, y entonces vamos a confrontar la política de entrega y de alineamiento con el gobierno que sigue una política de ajuste a la educación pública, contra nuestra política de lucha en defensa de la educación pública, de las condiciones trabajo y del salario docente. De cara a las elecciones creo que podemos dar una pelea para avanzar sobre otras seccionales. Se nota en la docencia un gran descontento con el gobierno como resultado de todos los ataques que hemos sufrido, y hay un descontento enorme también con la burocracia sindical Celeste, a la que se la ve como una especie de agente del gobierno provincial. Por eso pienso que la Multicolor puede ser un canal para esa bronca y que puede darse la situación de nuevas conquistas de seccionales, además de dar la pelea contra Baradel por la dirección del Suteba provincial.
EF: Se abre un período que va a estar marcado por el acuerdo con el FMI y sus consecuencias, durante el cual se van a desatar ataques nunca vistos sobre la población trabajadora: ¿Cómo creés que se va a ubicar el kirchnerismo frente a eso? ¿Qué les decís a los que aún creen que el kirchnerismo sirve para «frenar a la derecha»?
JR: Mirá el kirchnerismo ya fijo posición. Todas las alas del Frente de Todos manifestaron que el acuerdo es imprecindible, pero especialmente el kirchnerismo dijo que hay que acordar con el Fondo Monetario. Por lo tanto, desde ese punto de vista la definición política ya está tomada. Después puede haber algunas maniobras de distracción, como la movilización del miércoles pasado, pero son fuegos de artificio. La realidad es que ya tomaron la definición de enviar el proyecto al Congreso, como les exigió el Fondo, y hacer que todas las fuerzas patronales se comprometan con el acuerdo, porque saben que el acuerdo va a traer mayor nivel de ajuste, mayor caída del poder adquisitivo de los salarios, recorte de jubilaciones, la reforma laboral, un ataque a fondo contra la clase obrera, en el contexto de un país sumido en la miseria, con 50 % de pobres, con 70 % de niños pobres en el conurbano. Por eso tienen que tener el consenso de toda la clase capitalista. A los que aún creen en el kirchnerismo les decimos simplemente que miren no lo que dicen, sino como actúan sus dirigentes: Cristina Fernández ratificó a Guzmán en esta negociación y en este gobierno en el momento más álgido de la crisis politica que ella misma desató luego de las PASO. Están de acuerdo con esta política de acordar, en ningún caso van a enfrentar el acuerdo ni a frenar a la derecha. Juan Manzur fue el articulador del acuerdo de Macri con los gobernadores que permitió aprobar la reforma jubilatoria en 2017, que los trabajadores y la izquierda enfrentamos en la calle.
EF: ¿Y cómo propone la izquierda enfrentar esos golpes?
JR: La única forma de enfrentar y frenar a la derecha es desenvolver la movilización política de los trabajadores y las organizaciones dispuestas a este desafío, como lo hicimos el 14 y el 18 de diciembre 2017. Movilizándonos logramos tirar abajo la reforma laboral que quería aplicar Macri a días de haber ganado una elección, y no la pudo imponer. En el 2017, contra un gobierno de derecha, no fue el kirchnerismo el que frenó la reforma, lo hicimos los miles de trabajadores que estuvimos ahí y codo a codo con esos trabajadores estuvieron los partidos de izquierda, que hoy paga esa osadía con la persecución a los compañeros Arakaki, Ruiz y Sebastián Romero. Por supuesto, hay que usar todos los espacios parlamentarios, las legislaturas y los concejos deliberantes para denunciar el acuerdo y el ajuste, pero el principal recurso de lucha es la movilización política de la clase trabajadora, como en las Jornadas de diciembre de 2017.
EF: De abrirse un periodo de luchas de ese tipo, con el kirchnerismo bancando explícitamente el ataque antiobrero y con la burocracia sindical ausente o intentando contener la bronca: ¿Pueden surgir las condiciones para una reconfiguración del movimiento popular sobre la base de la hegemonía de la izquierda?
JR: Creo que ese es el desafío y es al mismo tiempo el objetivo que nosotros nos fijamos. Estamos empeñados en establecer las bases para que se estructure un movimiento popular que levante la bandera del gobierno de los trabajadores y del socialismo, y eso sólo puede ocurrir sobre la base de la hegemonía de la izquierda sobre el movimiento popular. En el Partido obrero creemos que hay una batalla central que se está librando en los barrios, y de la que el desarrollo sin antecedentes del Polo Obrero es una expresión. No tiene antecedentes en la historia de nuestro país la movilización de miles de compañeros y el compromiso militante con la campaña electoral del Frente de Izquierda. Pero también estamos dando las batallas en los sindicatos, y en este punto aunque no tienen el nivel de desarrollo que si tiene el movimiento piquetero, sindicatos como el SUTNA o cómo los Suteba dirigidos por la Multicolor, entro ellos el Suteba Matanza al cual pertenezco, y el Plenario del Sindicalismo Combativo, son los puntos de apoyo donde nosotros nos tenemos que hacer fuertes para dar la batalla para derrotar a la burocracia sindical y desarrollar el clasismo en los sindicatos en función de este objetivo central.
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