«Para los metalúrgicos Furlán no significa ningún cambio positivo»: entrevista a Miguel Díaz

Delegado combativo de los trabajadores de Siderca, la misma planta del grupo Techint en la que empezó su carrera el nuevo secretario general de la UOM Abel Furlán, Miguel Díaz conoce muy bien el currículum y la trayectoria burocrática del dirigente de la UOM- Campana, y habló con Estación Finlandia para analizar el recambio sindical más importante del movimiento obrero argentino en décadas. Las causas de la salida de Antonio Caló, la interna peronista, la CGT, el pacto con el FMI y la dramática situación que atraviesan los trabajadores metalúrgicos.

Por Redacción/

Estación Finlandia: El malestar contra Antonio Caló era muy grande y muy palpable: ¿Se veía venir su salida de la dirección de la UOM?

Miguel Díaz: Era sí muy notorio, estaba siendo muy cuestionado por las bases de toda la industria, solamente lo sostenían las burocracias de cada seccional, pero no diría que se veía venir un recambio así. Creo que se precipitó un poco por la derrota del «barba» Gutiérrez en la UOM de Quilmes.

EF: Alberto pensaba asistir a la «reelección» de Caló: ¿en que medida este recambio puede entenderse como parte de la interna del FDT?

MD: No deja de configurar un golpe de mano, un timonazo en el marco de la disputa del Frente de Todos, un episodio de la interna entre el kirchnerismo y el albertismo. El gobierno es una bolsa de gatos y se estaría preparando como una especie de recambio pensando en las elecciones del 2023, para posicionar o reposicionar al kirchnerismo, y necesitan una pata sindical fuerte porque además van a necesitar cerrar filas para bancar todos los acuerdos que van a firmar con las patronales si es que retoman el poder. Eso no es posible con este doble comando qué hay hoy en día, o triple comando con Massa. Creo que justamente expresa la crisis del gobierno, donde cada ala necesita de su pata sindical. Hoy por hoy el kirchnerismo tiene un cierto poderío mayor al del albertismo, qué es bastante flojo en esto. Para los metalúrgicos no significa absolutamente ningún cambio positivo porque este cambio es para respaldar al kirchnerismo en su posicionamiento dentro del gobierno hoy, y en un futuro para un relanzamiento de sus listas. Insisto en esto porque tiene que quedar muy claro que para los trabajadores no representa ningún cambio positivo.

EF: ¿Nada cambia con la llegada de Furlán? ¿Cuál es la posición de la nueva conducción ante el cierre de la paritaria, por ejemplo?

MD: ¡Nada! Para los metalúrgicos no cabia nada. No han salido a posicionarse con un reclamo de porcentaje mayor ni de reapertura de paritarias. De hecho en Siderca, que es la industria más importante dentro de lo que es su seccional, siempre acepta los porcentajes que negocia la UOM nacional. Discute con la directiva de Siderca bajo la dirección de Siderca, no se discute otro porcentaje, simplemente se adecúa un poco a los requerimientos de fábrica. Y por supuesto sin realizar asambleas ni congreso de delegados. El congreso de delegados está prácticamente desactivado y más ahora que ha conseguido una mayoría casi absoluta, porque en las últimas elecciones sacaron el manual del burócrata para borrar todo atisbo de oposición. No lo han conseguido del todo, pero esa era la intención que tenían para tener un congreso de delegados adicto, que no cuestione las decisiones de la directiva qué lejos está de disputarle algo a Rocca o a cualquier otra de las patronales. Y hoy por hoy ser secretario general de la UOM es más difícil que ser Papa o presidente: se hace bajo un colegio electoral, un cónclave de secretarios generales o de delegados electos en cada seccional.

EF: ¿Cuál es la trayectoria de Furlán?

MD: Furlán sale de Siderca y en 2004 llega a la directiva, después de haber estado despedido durante un tiempo. Lo reincorporan gracias a la gestión de Ángel Recupero ante el mismísimo Rocca, y consigue posicionarse como Adjunto. Su carrera se acelera con la muerte de Recupero, a partir de ahí inició una renovación en toda la directiva, sacando y despidiendo a todos los allegados a Recupero, que eran fundadores de la lista Violeta. Hubo un recambio muy grande con lo que fue aquella vieja dirección, y Furlán hábilmente ha sabido reemplazar a los que representaban algún escollo con allegados muy adictos.

EF: ¿Y cómo es su relación con Naldo Brunelli, de San Nicolás? Se dice que Brunelli es el operador de la UOM en el peronismo bonaerense…

MD: Son kirchneristas los dos, ambos comparten la misma patronal, comparten la misma orientación de permitir la flexibilización de esta misma patronal de los Rocca. La relación con Rocca es muy fluída, tanto la de Furlán como la de Brunelli, por más que tratan de hacernos creer a los metalúrgicos que hay algún tipo de rispidez. De hecho siempre se terminan cerrando todos los designios y los requerimientos de Rocca con cada paritaria, con cada acuerdo de flexibilización, sobre todo desde que en el ’86 se impuso en Siderca una de las primeras flexibilizaciones laborales con la multiplicidad de tareas, después de un paro de 36 días que fue entregado por la burocracia.

EF: Más allá de que se trata de un recambio burocrático, en esta elección se alteran algunos equilibrios históricos internos de la UOM: la tradicional distribución de Capital y Avellaneda en general y adjunta; la derrota del Barba en Quilmes; los resultados de Avellaneda: ¿en qué medida todo esto expresa una crisis de la dirección y en que medida puede ser aprovechado por la oposición antiburocrática?

MD: Son cambios de tinte puramente burocrático, pero sí representan una crisis de dirección, que es en realidad una muestra de la crisis de dirección del movimiento obrero. Así que más allá de que de este recambio es un cimbronazo dentro de lo que es uno de los sindicatos más importantes de Argentina, para la oposición antiburocrática no significa nada sino se reagrupa con todo el activismo independiente bajo un programa votado por los trabajadores con las bases de todas las industrias, sino salimos a recuperar las comisiones internas dentro de un programa de recuperación de los sindicatos. Y ahí sí disputar las direcciones de todas las seccionales y en un futuro la dirección nacional. Todo esto no significa nada para el trabajador y para las trabajadoras de la industria metalúrgica sí no hay un activismo que se agrupe y que se organice bajo un programa de lucha, y que se plante por todas las reivindicaciones de los trabajadores, contra la flexibilización y la reforma laboral, por un salario igual a la canasta familiar.

EF: ¿Y la CGT? ¿Qué papel juega hoy?

MD: Es como un elefante muerto que no cumple pero ni de cerca la función que debería cumplir, qué es la de organizar los sindicatos que la componen para luchar por todas las reivindicaciones y de sostener y defender los derechos que los trabajadores y las trabajadoras han sabido conquistar, ya sean las 8 horas de trabajo, o el aguinaldo, o las vacaciones. Al contrario, hoy la CGT busca justamente con el gobierno, con las patronales de la industria, reformar nuestros convenios para flexibilizar las condiciones de trabajo, incluyendo las 8 horas, la jubilación como hoy la conocemos. Vienen por otro aumento de la edad jubilatoria y los regímenes especiales que no son de privilegio como dicen, sino por cuestiones laborales. Claro que los convenios deben ser actualizados, pero de acuerdo a los requerimientos de los trabajadores, no de la industria ni de los gobiernos, y la CGT junto con el gobierno están alineados con la industria y con el FMI para llevar adelante una reforma laboral que reviente todas las condiciones de los trabajadores, para explotar cada vez menos operarios y operarias, sostener las ganancias y seguir pagando una deuda fraudulenta que los medios legitiman intencionalmente para hacernos creer que deudas como esta se tienen que pagar. Entonces dentro de la CGT si hay algún movimiento va a ser en esta línea, para sostener el pago de la deuda, tal vez en términos críticos como dice el kirchnerismo. Acá en Siderca hay un dicho muy usado por las diferentes comisiones internas y comisiones directivas de la burocracia: «hagámoslo bajo protesta», para terminar validando todo tipo de acuerdo contra los trabajadorea y todo tipo de flexibilización. De la boca para afuera critican, pero internamente terminan aceptando todo lo que piden las patronales y el FMI.

EF: Caló en el momento en que se discutía el acuerdo con el FMI lo salió a respaldar públicamente, igual que la CGT: ¿qué deberían hacer la CGT y los sindicatos frente al pacto con el FMI y a la situación tremenda que atraviesa la clase trabajadora?

MD: Deberían rechazar el acuerdo porque repercute directamente sobre la calidad de vida de los trabajadores, sobre sus condiciones laborales y debería llamar a que cada sindicato realice en todas en todas sus seccionales, en cada industria, asambleas y congresos de delegados para discutir sobre el tema. No se discute hacia dentro de las fábricas todo esto, y una dirección sindical que se precie de tal debería llevar hacia las fábricas esta discusión de cómo nos afecta el acuerdo con el FMI, y cómo afecta el pago de la deuda. La CGT está alineada totalmente con lo que manda este gobierno o cualquiera. Los trabajadores tenemos la tarea de recuperar cada comisión interna, cada sindicato, para que en algún momento la CGT este dirigida por compañeros que realmente representen los intereses de los trabajadores y las trabajadoras.

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