Eduardo Belliboni: «El acampe piquetero se inscribe en las mejores tradiciones del movimiento obrero»

Del acampe piquetero de la última semana de marzo pueden deducirse una multitud de implicancias tanto coyunturales como de fondo e, incluso, de alcance histórico. Desde el evidente panorama de miseria que atraviesan las masas trabajadoras, hasta la crisis de la relación entre la clase obrera y el peronismo. De todo eso, hablamos con Eduardo «Chiquito» Belliboni, centro de la atención mediática en las últimas semanas, militante del Partido Obrero y principal dirigente del movimiento piquetero.

Por Luis Brunetto para Estación Finlandia/

Estación Finlandia: ¿Cómo describirías la situación que se vive en los barrios populares del conurbano y del país?

Eduardo Belliboni: Dramática. Falta el trabajo, la comida, falta todo, y se va agravando día a día por la inflación.

EF: Y los últimos anuncios económicos del gobierno, la guerra contra la inflación, la medidas de Feletti: ¿algo de eso puede dar resultado?

EB: El gobierno está sometido al acuerdo con el FMI y la crisis capitalista mundial y por lo tanto no tiene ninguna posibilidad de tomar medidas de fondo. La guerra que dice declarar contra la inflación, que por otro lado le sirve para licuar los salarios y recaudar más, ya la perdió.

EF: ¿Qué impacto tiene el acuerdo con el FMI y el pago de la deuda sobre la población trabajadora, ocupada y desocupada?

EB: El impacto es evidente: caída de los salarios y jubilaciones, recortes sociales, el congelamiento de la asistencia social a los desocupados. Más adelante llegarán los tarifazos y el aumento de transporte, es decir una tremenda profundización del ajuste en marcha.

EF: Hay un ataque discursivo y represivo desde el estado y desde sectores no sólo de la ultraderecha, como Milei y Marra, sino también desde la derecha más tradicional, los radicales y desde el gobierno, al movimiento piquetero. Morales en Jujuy, declaraciones del propio Zabaleta, de D’ Alessandro y Larreta, de Aníbal Fernández, ahora las denuncias por tu cargo de asesor de Gabriel Solano: ¿cómo impacta el discurso fascista de Milei en el gobierno y la derecha «moderada»? ¿Hay una competencia electoral por una base social que reclama represión?

EB: En un marco de crisis social creciente la amenaza de represión está siempre vigente, pero hoy la masividad del movimiento piquetero le pone un límite a esa perspectiva. Esas declaraciones tienen que ver más con la interna y los posicionamientos electorales que con una decisión de reprimir a decenas de miles de personas, que son un enorme masa de compañeros y compañeras imposible de detener. Por otro lado en la Argentina la historia de la represión siempre ha terminado con el repudio popular, como ocurrió después del asesinato de Kosteki y Santillán o el de Mariano Ferreyra. La detención de nuestros compañeros Sebastián Copello y Juan Chorolque en Jujuy, por orden de Morales, representa sin embargo una escalada en la represión, pero ya se ha visto como responden nuestros compañeros: decenas de miles en Buenos Aires, en Jujuy y en todo el país reclamando su libertad.

EF: En el caso del movimiento anti piquetero de Marra y de Milei: ¿qué importancia le das, crees que puede llegar a desarrollarse como una fuerza de choque violenta contra el movimiento piquetero y el movimiento obrero en general?

EB: Los llamados libertarios de Milei y Marra son en realidad neofascistas, plantean una estigmatización y una campaña de odio hacia las organizaciones que luchan y en ese sentido son totalmente funcionales al ajuste que aplica el gobierno de Fernández. Estos grupos no tienen la estatura de una Liga Patriótica o de las banda fascistas que puedan existir en otros lugares del mundo. Aquí son una caricatura, pero sus ideas son tremendamente negativas y alientan el odio hacia las luchas de los trabajadores. hacia los inmigrantes y hacia las mujeres. Pero no han armado, al menos hasta ahora, un grupo de choque, porque además de todo los liberfachos son unos cobardes.

EF: Fue notorio el cambio en el modo en que los medios abordaron el acampe, muchos periodistas llegaron cargados de prejuicios y finalmente terminaban casi simpatizando con los compañeros: ¿por qué crees que se produjo ese cambio?

EB: Es que los dueños de los medios son partidarios del ajuste y de que lo paguemos los trabajdores. Por esto quieren estigmatizar a los que luchamos contra él. Pero los periodistas son trabajadores y es lógico que se sensibilicen frente a situaciones tan dramáticas.

EF: Sobre el acampe, pocos saben que este plan de lucha fue resuelto por un congreso de delegados del movimiento piquetero que se reunió en Plaza de Mayo: ¿por qué no nos contás cómo se organizó ese plenario, cómo deliberó, cómo se tomaron las resoluciones, de que lugares del país vino la gente y cuáles fueron las resoluciones que se tomaron?

EB: El plenario fue preparado con mucha anticipación y con asambleas previas desde diciembre. Se elaboro un programa con las experiencias de cada punto del país. Hubo reuniones en todos lados, por supuesto en el conurbano, pero también en Tierra del Fuego, en Jujuy y en más de 130 puntos de las 24 provincias. Así se reunieron en Plaza de Mayo 3500 delegados que deliberaron en comisiones los días 11 y 12 de marzo, y de ahí surgió este plan de lucha que estamos llevando adelante ahora.

EF: ¿Cómo va a continuar? ¿En lo inmediato, qué medidas debería tomar el gobierno para que ustedes levanten el plan de lucha?

EB: El lunes tenemos la reunión con Zabaleta, veremos…

EF: Hay un gran repudio a la burocracia sindical en las bases trabajadoras, se han desarrollado corrientes sindicales que procuran disputar el poder a la burocracia sindical, cómo las que están nucleadas en el Plenario del Sindicalismo Combativo, y hay gremios en donde la oposición sindical antiburocrática es muy fuerte (la carne, la UTA, docentes, donde ahora Romina Del Plá va a volver a desafiar a Baradel), pero a excepción del SUTNA todavía no se ha producido un recambio por direcciones combativas, incluso el recambio más importante que hubo en los últimos tiempos, el de la UOM, está más asociado a la interna del FDT qué a la voluntad de las bases: ¿por que creés que se sostiene todavía la burocracia sindical a pesar de ese rechazo e incluso repudio?

EB: La burocracia sindical tiene atrás el poder del estado, de las patronales y de los partidos como el FDT y el macrismo, qué la utilizan como correa de transmisión de la contención que intentan las fuerzas burguesas. Gracias a eso tienen un poder muy importante dentro de los lugares de trabajo, qué hay que combatir con la unidad de las corrientes antiburocráticas y el frente único, cómo hacen los suteba multicolor. Es necesario el frente único para luchar en común y expulsar a la burocracia de los sindicatos. Es la única manera de desplegar todas las fuerzas de la clase obrera y desarrollar por un lado una política reivindicativa de todo el pliego que tiene pendiente la clase trabajadora, y por otro lado conquistar la independencia política formando un partido propio de los trabajadores.

EF: Las elecciones pusieron en evidencia un proceso de desplazamiento de sectores de la clase trabajadora hacia la izquierda: ¿qué papel jugó el movimiento piquetero en esos resultados electorales? ¿Y qué dimensión histórica creés que tiene el acampe y todo este plan de lucha del movimiento piquetero en el marco de ese proceso de desplazamiento hacía la izquierda?

EB: Si, particularmente el Polo Obrero fue un protagonista muy activo de la campaña electoral del FIT- Unidad, e inclusive otros movimientos apoyaron y hasta participaron de parte de la campaña, distribuyendo boletas en el proceso electoral, fiscalizando, organizando actos. Así se terminó consagrando en distritos históricamente controlados por el peronismo a concejales de la izquierda, como en La Matanza, Merlo y José c Paz. En ese punto el Frente de Izquierda y en particular el Partido Obrero han insistido en desarrollar un proceso de lucha política para separar a las masas del peronismo y atraerlas hacia las ideas socialistas y revolucionarias. Claro que el último acampe hay que verlo también en el contexto de este proceso, y es el hecho más importante protagonizado por las organizaciones piqueteras en su historia, porque se concentró en el centro del poder político durante 3 días, y fue el centro de la atención política de todo el país. Los ecos todavía se escuchan hasta hoy, y de hecho cambió la agenda política en la Argentina: la agenda centrada en la interna de los partidos mayoritarios fue desplazada por la discusión del ajuste, la pobreza y la situación que viven millones de trabajadores. Ya es un hecho histórico y se coloca en las mejores tradiciones del movimiento obrero. Esta Unidad Piquetera ha marcado un camino de lucha clasista contra el ajuste.

EF: ¿Y qué opinas de la interna del FDT, del reacomodamiento de Cristina? ¿En qué medida es responsable de la situación actual, del pacto con el FMI, cómo ves ese reacomodamiento?

EB: Cristina y el kirchnerismo son absolutamente responsables de la actual situación, la propia Cristina lo eligió a Alberto, y forma parte de la coalición que llevó adelante el ajuste y la legitimación de la deuda fraudulenta de Macri. El pacto con el FMI no fue combatido por el kirchnerismo ni por Cristina, y muchos de sus dirigentes fueron los impulsores del voto en el parlamento en la Cámara de Diputados, y se preservaron un lugar de críticos para salvar la ropa ante la debacle. Las maniobras de Máximo y Cristina están al servicio del salvataje de su sector político, y hasta de su seguridad personal, en relación a las causas judiciales que tiene Cristina.

EF: Y como tomás los mensajes o las señales del kirchnerismo via Grabois o la propia Cristina, que en su video en el que se refería a los piedrazos al despacho vicepresidencial aludió a la «multitudinaria movilización de la izquierda»…

EB: Las maniobras y manipulaciones de Cristina constituyen una etapa más de las internas del partido gobernante, y no tienen ninguna perspectiva de desarrollarse en una ruptura con los partidos del régimen y los sostenedores y pagadores seriales de la deuda. Hay que delimitarse claramente del kirchnerismo y llamar a las bases del kirchnerismo y del peronismo a romper con los partidos del régimen y del sistema que durante décadas han destruido este país y lo han llevado a que hoy tengamos más de 40 % de pobres, 50 % de pibes por debajo de la línea de pobreza, y un país totalmente colonizado por el capital financiero internacional.

EF: Desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda sostienen que la solución de fondo a los problemas del país pasa porque la clase trabajadora conquiste el poder político y organice su propio gobierno. En el contexto de esos objetivos, ¿cómo ubicás la lucha piquetera por las reivindicaciones inmediatas diarias, casi de supervivencia, como se propagandizan estas ideas entre los compañeros, cómo toman y cómo maduran los compañeros las ideas socialistas?

EB: El movimiento piquetero es un destacamento de la clase obrera, y está obligado a plantearse el problema del poder, en el marco del desarrollo de un partido o de partidos que impulsen la organización de la clase obrera para asumir el control de la economía, de los recursos naturales y del desarrollo nacional. La clase obrera es la única que puede jugar ese rol dirigente para que el proceso político en la Argentina desemboque en un gobierno de los trabajadores.

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