Dora Téllez es una de las figuras emblemáticas de la revolución sandinista. Con 22 años, fue la Comandante 2 (tercera al mando) en la exitosa Operación Chanchera de 1978 con la que el FSLN ocupó el Palacio Nacional, obtuvo la libertad de 50 presos políticos y asestó un golpe mortal a la dictadura somocista. En la fase final de la insurrecció´n de 1979 dirigió nada menos que la toma de León, la segunda ciudad de Nicaragua. Ministra de Salud del gobierno revolucionario, fue de las primeras en denunciar en la década del ’90 el abandono de los principios del sandinismo original, fundando el Movimiento Renovador Sandinista. Presa en las cárceles del orteguismo desde junio de 2021, forma parte del contingente de 222 presos políticos desterrados contra su voluntad a EEUU el 9 de febrero de 2021.
Por Luis Brunetto para Estación Finlandia/
Estación Finlandia: Dora contános como fue el procedimiento de «expatriación», si es que ese es el término correcto…
Dora Téllez: Nosotros fuimos básicamente tomados por sorpresa en la noche del miércoles 8 de febrero. En mi celda de la cárcel de Chipote, donde me pusieron en el pabellón de hombres a pesar de que hay un pabellón de mujeres, ese día pasaron a traer 3 colchones, como si fueran a traer a otras personas y ya eso era muy raro porque yo siempre estuve sola, aislada, en una celda absolutamente oscura. Toda la noche fue básicamente de preparativos yendo y viniendo ellos, la policía a cargo del régimen de detención, y luego ya nos montaron con destino desconocido. Nos dimos cuenta hasta que estábamos frente a la puerta del aeropuerto del área de la fuerza aérea. Ahí nos pasaron un papel que decía de que aceptábamos voluntariamente el traslado a los Estados Unidos conforme los procedimientos establecidos. Yo pregunté cuáles eran los procedimientos establecidos pero no me dijeron. Y obviamente firmé: está absolutamente claro que firmar en condición de tener custodia policial y estar esposada pues francamente es firmar bajo coacción, no voluntariamente, y que estábamos siendo desterrados involuntariamente…
EF: ¿Y en que situación se encuentran los «expatriados»?
DT: La situación actual de los 222 es que estamos acogidos a una visa humanitaria aquí en Estados Unidos que nos da la posibilidad de solicitar permiso de trabajo por dos años y posteriormente solicitar asilo. Pero en el corto plazo lo más importante es contar con el permiso de trabajo porque es lo que nos va a permitir a todos tratar de reconstruir nuestra vida y obtener algunos ingresos para mantenernos aquí. Entonces también estamos sin nacionalidad. Posteriormente a nuestra llegada a los Estados Unidos ha habido ofrecimientos para concedernos la ciudadanía de parte de los gobiernos de Colombia, España, Chile y Argentina, y una oferta de asilo de México. Algunos hemos solicitado la ciudadanía española para contar con un documento de viaje y hemos llenado papeles, otros están esperando los permisos de trabajo. Por ahora sólo hay una persona que probablemente sea trasladada a otro país desde los Estados Unidos, pero pendientes la mayoría del permiso de trabajo aquí y del tema del asilo.
EF: Además, el régimen privó de la ciudadanía y los derechos previsionales a otros 94 ciudadanos que ya estaban exiliados, entre ellos el ex vicepresidente de Ortega, Sergio Ramírez, la escritora Gioconda Belli y la ex comandante sandinista Mónica Baltodano…
DT: Si. El 15 de febrero, o sea 6 días después de nuestro destierro, el régimen le quitó la nacionalidad, los derechos previsionales y confiscó las propiedades de 94 personas entre ellos periodistas, comunicadores, líderes políticos y sociales, poetas, escritores, defensores de derechos humanos. Ya hay comunicaciones de las instituciones del régimen notificando a las personas, por ejemplo inquilinos, a regularizar la situación en la Procuraduría de la Propiedad. Están procediendo a una confiscación. Ellos también han sido acogidos en esa oferta de nacionalidad que han hecho varios países latinoamericanos, de manera que después queda pendiente que también tomen su decisión.
EF: En las cárceles de Ortega murió el ex comandante sandinista Hugo Torres*: ¿qué se sabe de las circunstancias que lo llevaron a la muerte?
DT: Bueno yo no conozco todavía el diagnóstico definitivo sobre la muerte de Hugo, pero sí me consta que hubo crueldad y negligencia. Todos habíamos perdido mucho peso por la pésima alimentación, yo perdí 20 libras, pero Hugo había perdido mucho más peso que todo el resto de nosotros. Tenía un dolor muy fuerte y fue tratado simplemente con analgésicos. Los médicos no profundizaron jamás en la condición de Hugo. Cuando cayó inconsciente pasaron por lo menos 9 días hasta que fue trasladado al hospital ya en una condición de deterioro absoluto, que ya prácticamente no podía ni caminar. Entonces hay una negligencia absoluta que proviene de la crueldad del régimen que tuvo a Hugo Torres preso hasta el día de su muerte verdad. Es decir: ni siquiera le hicieron posible que fuera a morir a su casa con su familia verdad, sino que lo mantuvieron ahí encarcelado en el hospital de la policía.
EF: El régimen de Ortega se presenta como de izquierda y acusa a la oposición de vendida al imperialismo norteamericano, sin embargo, la rebelión que desató a partir de 2018 la oleada represiva actual se produjo contra la reforma neoliberal del sistema previsional que promovía Ortega mismo: ¿cómo caracterizás la orientación económica y social del orteguismo?
DT: Te diría que ha tenido dos momentos en su manejo económico y político. Primero, desde 2007 cuando vuelve a ser presidente, se apoyó en una alianza con el sector empresarial, y esta alianza fue llevada a una reforma constitucional en el 2014 que estableció prácticamente como modelo del estado nicaragüense un modelo corporativo. Esto tenía muy satisfechas a las camáras empresariales hasta la crisis del 2018, en que se rompió esa alianza entre el régimen y el sector empresarial que co- gobernaba con Ortega. Frente a los hechos del 2018 se separaron completamente del rumbo del régimen y el régimen quedó aislado y además enemistad con este sector empresarial. La orientación económica siguió básicamente siendo la misma pero con un énfasis en el equilibrio macroeconómico, ya desde 2013- 14, que antes no tenía y una apertura a las inversiones en condiciones ventajosas para los inversionistas, y una inserción comercial por la vía del tratado de libre comercio con Estados Unidos y con el acuerdo de asociación con la Unión Europea. Es decir básicamente la misma política económica, pero con algunas diferencias muy importantes por las que el régimen de Ortega se lanzó contra aspectos sociales cruciales como la seguridad social. Esto no lo había hecho nadie en realidad. En la reforma del 2014 se confiscaron prácticamente el 40% de los ingresos previstos para los jubilados. Es decir: los que nos jubilamos después del 2014 perdimos el 40% de los ingresos que nos correspondían. En el 2018 vino una nueva reforma a la seguridad social que cambiaba la fórmula de cálculo de manera que en lugar de necesitar 750 cuotas para como base esencial para la jubilación ibas a necesitar casi el doble. Además el régimen pretendió cobrarnos a los jubilados la atención de salud, que era una obligación intrínseca al régimen de seguridad social nicaragüense. Eso ya, digamos, rebasó el vaso. Ese tipo de cosas son las que el régimen de Ortega ha hecho junto por ejemplo con la amenaza de confiscación a los campesinos para construir un presunto canal por Nicaragua, en una mega concesión que firmó en 2012 con la empresa china HKND Group, del empresario Wng Ji, que ha desaparecido. Y a partir de eso se amenazó a campesinos de prácticamente todo el país con confiscarlos, se les prohibió vender sus propiedades, se fueron a medir las propiedades para ocuparlas y entonces eso provocó la reacción del campesino y toda la lucha contra ese proyecto de canal oneroso que entregaba el país a esta empresa privada.
EF: ¿Y cómo se compone políticamente la oposición al orteguismo?
DT: Yo diría que básicamente hoy la inmensa mayoría del pueblo se opone al régimen de Ortega. No hay ningún sector que el régimen pueda mostrar como aliado al mismo, no hay ni movimientos sociales, ni partidos políticos, ni medios de comunicación, tampoco sectores empresariales que tengan alianza con el régimen. Está totalmente solo, absolutamente aislado dentro del país y ahora se lanzado contra la iglesia Católica verdad, en forma completamente frontal, después de que ha barrido con medios de comunicación, partidos, movimiento sociales, ha barrido con organizaciones no gubernamentales, con todo porque ese es el modelo que tiene el régimen de Ortega- Murillo, que es limpiar completamente la mesa de manera que no quede nada más que su estructura de poder. Así es que las tendencias de la oposición abarcan todo el espectro verdad, desde la derecha hasta la más extrema izquierda. No hay nadie que no se oponga. Incluso dentro del propio Frente Sandinista existen sectores opuestos a la conducción de ellos.
EF: Fuiste una de las principales dirigentes de la revolución, participaste de acciones clave como la Operación Chanchera y dirigiste la toma de León: ¿qué sentís cuando ves esta deriva dictatorial de tus ex compañeros? ¿Qué queda de aquel sandinismo revolucionario al que te incorporaste de tan joven?
DT: El frente actual no tiene nada que ver con el Frente Sandinista de 1979 donde yo milité cuando luchamos contra la dictadura de los Somoza. Lo que hay ahora es un cascarón parasitado por el orteguismo y manejado completamente por la familia Ortega- Murillo como un instrumento más de su modelo de poder. Ese sandinismo revolucionario desapareció hace muchísimos años verdad. Ya no queda nada de eso. El Frente actual, te repito, es un cascarón que obedece a los intereses dinásticos y autoritarios de la familia Ortega- Murillo.
*Ex comandante guerrillero del FSLN y general del Ejército Popular Sandinista, murió el 12 de febrero de 2022 en un hospital luego de ser trasladado inconsciente desde la cárcel en la que se encontraba bajo cautiverio desde 8 meses atrás. Participó en 1974 del legendario asalto a la mansión del ministro de Gobierno de Somoza, José María «Chema» Castillo, acción por la cuál fue liberado de la cárcel el propio Daniel Ortega. En 1978 fue el Comandante 1 (segundo al mando después del Comandante 0, Edén Pastora) en la Operación Chanchera.
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